El país caribeño pide a la ONG información sobre los cooperantes implicados en las orgías con prostitutas y estudia emprender acciones legales.
La directora adjunta de Oxfam, Penny Lawrence, ha dimitido este lunes tras las acusaciones de que la ONG británica no manejó adecuadamente las graves denuncias sobre la conducta de sus cooperantes en Haití durante los trabajos posteriores al devastador terremoto de 2010.
El diario The Times publicó la semana pasada las conclusiones de un informe interno de la ONG que revelaba que ciertos trabajadores, incluido el director de Oxfam en Haití, Roland van Hauwermeiren, habían contratado prostitutas -algunas probablemente menores- con fondos de la organización. Este lunes, el mismo diario publica que Oxfam conocía las quejas sobre la conducta anterior de dos de sus empleados, entre ellos el propio Van Hauwermeiren, antes de encomendarles cargos de responsabilidad en la gestión del operativo humanitario desplegado tras la catástrofe en el país caribeño.
Oxfam ya admitió, tras las revelaciones de The Times, que el comportamiento de su personal había sido “inaceptable”. Ahora Lawrence, que en 2010 ejercía de directora de programas, ha anunciado su dimisión y se ha declarado “avergonzada” por lo que ocurrió bajo su supuesta vigilancia, tanto en Haití como en Chad, país en el que los cooperantes también contrataron prostitutas, según publicó The Observer.
“Asumo toda la responsabilidad”, ha dicho Lawrence en un comunicado. “Queda claro ahora que las acusaciones, que implican el uso de prostitutas y que tienen que ver con el comportamiento tanto del director para el país como de miembros de su equipo en Chad, fueron planteadas antes de que fuese trasladado a Haití”.
Lawrence ha dicho estar “profundamente arrepentida por el daño y la angustia generada para quienes apoyan a Oxfam, todo el sector de cooperación y para la mayoría de las personas vulnerables que han confiado” en la ONG.
El máximo responsable de la ONG, Mark Goldring, ha aceptado y lamentado la dimisión de su número dos, que ha considerado una “decisión personal”. “Como nosotros, está impactada por lo que ocurrió y decidida a hacer lo que sea mejor para Oxfam y para las personas a las que ayudamos”, ha señalado.
La dimisión se produce después de que altos cargos de Oxfam se reunieran en Londres con la ministra británica de Desarrollo Internacional, Penny Mordaunt, en un momento extremadamente delicado para la organización, que recibe 340 millones de euros al año entre fondos del Gobierno británico y donaciones públicas. La ministra anunció el pasado domingo que retirará la financiación a todas las ONG que no cumplan los estándares de comportamiento en el trabajo de campo. “En relación con Oxfam y con cualquier otra organización que tenga problemas de salvaguardia, esperamos que cooperen plenamente con las autoridades. Cesaremos los fondos a cualquier organización que no lo haga”, afirmó Mordaunt a través de un comunicado.
Este mismo lunes, según publica The Guardian, el Gobierno de Haití ha solicitado a Oxfam que identifique a los trabajadores de la organización que pagaron por sexo en los días posteriores al terremoto de 2010, y ha asegurado que está considerando emprender acciones legales contra ellos. La prostitución es ilegal en el país caribeño y el informe interno apunta, además, a que algunas de las contratadas pudieron ser menores de edad. El embajador de Haití en Reino Unido, Bocchit Edmond, ha asegurado a The Guardian que el país está “conmocionado y horrorizado” por el hecho de que Oxfam permitiera a sus trabajadores abandonar el país sin reportar su comportamiento a las autoridades haitianas. “Podemos estar ante una banda pedófila. Fue un delito. La prostitución es ilegal y creemos que puedo haber chicas menores de edad”, ha dicho.
Oxfam declaró, según The Times, que no denunció los incidentes a las autoridades haitianas porque “era extremadamente improbable que llevaran a cabo acción alguna”. El informe interno, con fecha de 2011, concluyó con cuatro despidos y tres dimisiones, entre ellas la de Roland van Hauwermeiren. La entonces directora ejecutiva de la organización, Barbara Stocking, en lugar de despedirlo, le ofreció “una salida gradual y digna” a cambio de que cooperara en la investigación. No se le impuso siquiera una acción disciplinaria.
Según las informaciones publicadas por The Times, algunos trabajadores se referían al edificio de Oxfam en Puerto Príncipe, pagado con fondos procedentes de donaciones, como “la casa de putas”. “Organizaban grandes fiestas con prostitutas. Estas chicas llevaban camisetas de Oxfam, medio desnudas, era como una orgía de Calígula completa. Fue increíble. Fue loco. En una fiesta había al menos cinco niñas y dos de ellas tenían camisetas blancas de Oxfam. Estos hombres solían hablar sobre la celebración de ‘barbacoas de carne joven”, dijo al rotativo una fuente anónima, que aseguraba que uno de los residentes de la casa le enseñó imágenes de una orgía que guardaba en el móvil.
Priti Patel, predecesora de Mordaunt al frente del ministerio de Desarrollo Internacional, ha asegurado este lunes en la radio que el escándalo de Oxfam es solo “la punta del iceberg” y ha hablado de un grave problema de abusos sexuales en el sector de la cooperación. The Sunday Times publicaba que al menos 120 trabajadores de organizaciones no gubernamentales británicas fueron acusados de abusos sexuales el año pasado. Según las cifras publicadas por el periódico, Oxfam registró 87 casos; Save the Children, 31 —de los cuales diez “fueron puestos en conocimiento de la policía y las autoridades civiles”—; y la organización Christian Aid registró dos incidentes.
Asimismo, la Comisión Europea ha advertido este lunes de que está preparada para retirar su financiación a la ONG si no cumple las reglas éticas que exige a las organizaciones con las que trabaja. “Esperamos que Oxfam aclare por completo estas alegaciones con máxima transparencia y con urgencia. Estamos preparados para revisar y, si es necesario, retirar financiación a cualquier socio que no cumpla los elevados estándares éticos necesarios”, declaró la portavoz comunitaria Maja Kocijancic durante la rueda de prensa diaria de la CE.