Apenas unas horas después de que monseñor Nunzio Scarano fuera detenido por un presunto intento de enviar desde Suiza 20 millones de euros, dos altos funcionaron del Banco del Vaticano dimitieron a sus funciones.
Se trata del director general del Instituto para las Obras de Religión (IOR), Paolo Cipriani, y del vicedirector Massimo Tulli. Una comunicación oficial desde el Vaticano informa que “tras muchos años de servicio, los dos han tomado esa decisión en el mejor interés del instituto y de la Santa Sede”.
“El Consejo Superior y la Comisión de Cardenales han aceptado las dimisiones y han pedido al presidente del IOR, Ernst von Freyberg, que asuma de manera interina las funciones de director general con efecto inmediato”, indica el comunicado. Y precisa que tanto la Autoridad de Información Financiera (AIF, el organismo creado en 2010 para vigilar la transparencia financiera de la Santa Sede),como la comisión de investigación creada por el Papa Francisco el pasado miércoles, ya habían sido informadas.
El alemán Von Freyberg estará secundado por Rolando Marranci, que asumirá provisionalmente la vicedirección, y Antonio Montaresi como responsable de proyectos especiales. Ambos ya han trabajado en bancos de Estados Unidos e Inglaterra.
El miércoles de la semana pasada, Francisco dio un mensaje muy claro al nombrar una comisión de investigación sobre el Banco del Vaticano. La orden del Papa tiene como fin reformar el IOR para que “los principios del Evangelio impregnen también las actividades de carácter económico y financiero”. La composición de sus investigadores está bajo la dirección del cardenal salesiano Raffaele Farina; además de un cardenal francés, Jean-Louis Touran; una mujer laica, la profesora estadounidense Mary Ann Glendon; el arzobispo español Juan Ignacio Arrieta y el teólogo estadounidense Peter Bryan Wells.