Philip Parker es un profesor y especialista en la creación de software que está creando una matriz para que las computadoras, en base a algunos parámetros iniciales, puedan escribir una historia solas. Estos sistemas automáticos pueden incluso cruzar variables narrativas.
Las computadoras están avanzando tanto, que hoy ya no suena demasiado raro pensar que puedan escribir un texto cruzando variables narrativas.
El siguiente párrafo proviene de un libro que fue editado en 2008 en San Petersburgo, y se titula Amor verdadero: “Kitty no pudo dormirse por un buen rato. Sus nervios estaban rígidos como dos cuerdas tensas, y ni siquiera le ayudó un vaso de vino caliente que Vronsky le hizo beber. Recostada en la cama, seguía reviviendo una y otra vez esa escena monstruosa de la pradera”. Este texto fue vendido como una versión de Ana Karenina, el clásico de León Tolstoi.
El entonces editor Alexander Prokopovich le especificó al diario “The Saint Petersburg Times” que la novela se había generado en tres días por un software basado en el análisis de otras 17 obras.
Esta es una tendencia que está desarrollándose subterráneamente en el mundo de la programación y la inteligencia artificial, en búsqueda del robot que sea capaz de producir obras creativas. “Son las primeras horas de un ciclo de vida de 100 años”, grafica a Clarín Philip Parker, profesor en la escuela de negocios Insead, pionero y especialista en el tema.
Mientras se puedan establecer algunas reglas básicas de composición, como sucede especialmente en la literatura de género, en la autoayuda o en cierta poesía, un programa puede aferrarse a ellas para elaborar una obra. Incluso anticipó que ya se utiliza en periodismo (se crean noticias deportivas en base a estadísticas muy detalladas o reportes del clima), en informes industriales y económicos, e incluso en la educación.
La empresa Icon Group, que cuenta con sofisticados programas de computación, publicó más de un millón de libros sobre temas variados. En su mayoría recopilan, clasifican y ordenan información que está disponible en la web para luego ser supervisados por personal especializado. Se aclaró que en el 90 por ciento de los casos son de economía, y otra porción importante lo ocupan los libros de consulta sobre medicina.
En el 2012, la empresa de Parker agitó la web cuando se anunció el desarrollo de un proyecto de escritura literaria con un prototipo que se encuentra expuesto en www.vimeo.com/17168987.
En ese video, Parker explica que uno puede elegir el nombre y origen de sus héroes, el lugar de la acción, los géneros que pauten el desarrollo de la trama ( por ejemplo, combinar romántico con histórico o fantástico para llegar a una historia del estilo Rey Arturo) y otras decenas de parámetros similares como el lenguaje, la forma de los diálogos, el estilo, el tono, la fisonomía, educación, estado físico y personalidad de los protagonistas. El usuario o autor podrá catalogar a sus lectores en cuatro categorías: escolarización elemental, moderno, picante (para textos eróticos) o adolescente. También se puede elegir y configurar un diagrama que regule la tensión de la trama. Y lo más curioso: la moraleja.
Si bien es un modelo en desarrollo, se estima que en 5 o 10 años el software puede llegar a contemplar todos los puntos críticos en el diseño de la historia. Parker está trabajando también en “radionovelas” didácticas para algunos países de África, con el apoyo de la Fundación Bill Gates: “Son historias que tienen relaciones y personajes, que transmiten información sobre técnicas agrarias”, explicó.
A modo de pasatiempo sumó otro software para la creación de poesías sencillas que están destinadas a un público que está aprendiendo inglés. Los resultados se pueden leer en inglés en el sitio totopoetry.com.
“Antes de que te sientes y escribas algo, el software te dará el primer borrador. Habrá menúes con opciones por género. El contenido estará libre de copyright y será utilizable por cualquier persona presionando un botón. Es sólo una visión”, concluye Parker sobre el futuro cercano que imagina.