La víctima, de origen africano, ha recibido en el hospital la visita de Hollande y ha pedido calma a los que se han echado a la calle.
La noche del martes se ha saldado con unas 17 detenciones en varios barrios de la periferia norte de París, en el cuarto día de disturbios atizados por la presunta violación con una porra de un joven de origen africano el pasado jueves durante un control policial. La víspera, la víctima había llamado a la calma desde su habitación de hospital, donde ha sido operado por una herida de 10 centímetros en la zona rectal. Durante el día, había recibido la visita del presidente François Hollande. Cuatro policías están imputados, tres por violencia agravada y uno por violación, y se encuentran en libertad condicional. Este nuevo episodio de violencia policial ha conmocionado al país.
“Quiero a mi ciudad y cuando vuelva quiero volver a encontrarla como estaba”, ha pedido este martes el joven Théo, de 22 años, desde su cama de hospital. “Así que, chicos, por favor, basta de guerra, confiad en la justicia y rezad por mí”, ha añadido con esfuerzo, todavía convaleciente. A su lado se encontraba el presidente François Hollande, quien fue a visitarle sin que fuera anunciado. Los periodistas del diario local El Parisien se encontraban allí para un reportaje y grabaron el encuentro y el mensaje de Théo.
Su llamamiento ha sido en parte seguido en su barrio de la cité des 3.000, un conjunto de edificios de una zona sensible de Aulnay-sous-Bois, en el departamento de Seine-Saint-Denis, donde tuvo lugar el control de identidad incriminado y donde se han registrado disturbios cada noche desde el sábado. La tensión alcanzó su máximo el lunes, cuando los antidisturbios realizaron disparos al aire para intimidar a los jóvenes revoltosos, una medida muy poco frecuente, sobre todo en zona residencial. En los diez primeros meses de 2016, la policía recurrió a estos disparos solo en tres ocasiones, según las cifras de la Inspección General de la Policía, citada por el diario Le Monde. El lunes fueron detenidos en total unas 26 personas.
El martes se volvieron a registrar incidentes en la cité des 3.000, pero en su conjunto de menos intensidad, según la jefatura de la policía, que confía en que el llamamiento de Théo, un joven sin antecedentes judiciales y descrito como un ejemplo por sus familiares, permita calmar los ánimos. Sin embargo, por primera noche, también ha habido lanzamientos de cócteles molotov y vehículos incendiados en otras localidades vecinas. Entre ellas se encuentra Clichy-Sous-Bois, epicentro de los disturbios de 2005, provocados entonces por la muerte de dos jóvenes que huían de la policía y cuya repetición parecían temer las autoridades. En total se han detenido a 17 personas durante la noche del martes, cinco de ellas en Aulnay-sous-Bois.
Los hechos al origen de este nuevo episodio de tensión, vivido como una nueva muestra de violencia policial e incluso de racismo, se remontan al jueves de la semana pasada. Cuatro policías decidieron llevar a cabo un control de identidad a una decena de personas en la cité des 3.000. Entre ellos se encontraba el joven Théo, de 22 años, de origen africano, quien se resistió y recibió los golpes de los agentes. Al llegar a la comisaría, los agentes se percataron que el joven sangraba por la parte trasera y llamaron a los bomberos, según fuentes policiales. El joven fue trasladado al hospital, donde fue operado por una herida en la zona rectal de 10 centímetros de profundidad y recibió 60 días de baja médica.
En su testimonio, Théo indica que uno de los policías le incorporó su porra por el ano “voluntariamente”, al tiempo que le pegaban una verdadera paliza en plena calle. Evoca también la proliferación de insultos racistas. Los acusados hablan de un forcejeo en el que se le cayó el pantalón al joven y aseguran que la herida fue involuntaria. La fiscalía ha imputado a tres de los agentes por violencia agravada y uno por violación. Los cuatro están suspendidos y bajo control judicial.
A menos de tres meses de las elecciones presidenciales, Théo ha recibido el apoyo, además del presidente Hollande, del grueso de los candidatos y de gran parte de la clase política. Tan solo se ha desmarcado la ultraderechista Marine Le Pen, del Frente Nacional, quien ha preferido trasladar su “apoyo” a las fuerzas de seguridad, “salvo que la justicia demuestre que han cometido un delito o crimen”.