El personal sanitario europeo sufre una grave crisis. La población envejecida de la UE necesita a 1,2 millones de médicos, enfermeras y matronas. El caso de las de enfermeras es el más grave. El reportero Julián López Gómez viajó a Bulgaria, uno de los países más afectados, para evaluar la situación.

Un número considerable de enfermeras de la UE se acerca a la edad de jubilación, y hay pocos jóvenes que ingresan en la profesión. Las enfermeras suelen enfrentarse a condiciones laborales difíciles, como largas jornadas, alta proporción de pacientes por personal, bajos salarios y estrés emocional. Muchas enfermeras afirman estar agotadas, lo cual afecta las tasas de retención y desanima a los jóvenes a elegir esta profesión.
La competencia entre los países de la UE para atraer y retener a los profesionales sanitarios agrava aún más la situación. Consciente del problema, la UE está desarrollando una iniciativa de tres años para poner en marcha nuevos y mejores programas de formación que atraigan a los jóvenes estudiantes al campo de la enfermería.
Bulgaria es un claro ejemplo de las dificultades actuales. En una década, el país ha perdido más del 10% de sus enfermeras, muchas de las cuales se han marchado a otros Estados miembros de la UE en busca de mejores salarios y condiciones de trabajo. Por ejemplo, Elza. Es una de las 144 enfermeras del Hospital Estatal de Blagoevgrad, en el suroeste de Bulgaria. Elza trabaja en la planta de ortopedia.
A pesar de las mejoras del año pasado, el hospital funciona por debajo del estándar de al menos dos enfermeras por cada médico, que los profesionales sanitarios consideran como el mínimo necesario para una buena práctica clínica.
«Mi sueño siempre fue trabajar como enfermera, aunque había muchísimas otras opciones para mis estudios. Pero yo solo quería ser enfermera. Mi madre también es enfermera, mis hijos también. Lo considero un buen trabajo», dice Elza. «(Sin embargo,) recibimos muy poco dinero y por eso nos obligan a trabajar en dos lugares. Me dan días libres en los que puedo ver a mi familia. No tenemos que estar 24 horas en planta, pero pasamos muchas horas trabajando. Me estoy cansando, realmente me estoy cansando. Tanto trabajo asusta a las enfermeras jóvenes. Así que se esfuman una a una».
Como a muchas otras enfermeras de la UE, a Elza le resulta difícil hablar del tema. Temen por sus puestos de trabajo. Pero no puede ocultar el alto precio personal que a menudo implica su amada profesión.
«Tal vez en Bulgaria no se valore nuestro trabajo», afirma. «Podría poner muchos ejemplos, situaciones que no son justas. Pero en realidad, de alguna manera, nos sentimos infravaloradas, porque trabajamos 12 horas, nos privamos de las vacaciones, nos privamos de los días entre semana, de las tardes con la familia, ¿verdad? Todo se reduce al aspecto financiero».
Se calcula que a Bulgaria le faltan 17.000 enfermeras para que su sistema sanitario funcione con eficacia. Entonces, ¿cómo resolver o, por lo menos, mejorar la situación?
Milka Vassileva es la presidenta de la Asociación Búlgara de Profesionales de la Salud, que cuenta con 32.000 miembros. Lleva 43 años trabajando como enfermera clínica.
El trabajo de las enfermeras importa, dice, y afirma que debe reconocerse en consecuencia.
«Según nuestros cálculos, para que las enfermeras se queden en Bulgaria, el salario inicial tendría que triplicar, por lo menos, el salario mínimo del país», afirma Milka Vassileva. «¿Qué puede hacer la Comisión Europea? Ya hemos sido testigos de muchas declaraciones, diferentes documentos financieros y de todo tipo que se han remitido a los Estados miembros. Incluso en el informe semestral de la UE sobre Bulgaria se menciona explícitamente que hay que aumentar las inversiones en sanidad, para que las enfermeras tengan la oportunidad de trabajar en aquello para lo que se formaron. Y esto no solo se aplica en los centros médicos, sino también en la atención ambulatoria, que actualmente no es el caso».
Los expertos coinciden en que, además de la financiación, cualquier estrategia a escala de la UE debe contemplar mejoras en aspectos como la planificación, la contratación, la formación, las condiciones de trabajo y el desarrollo profesional.