Así lo expresó el psiquiatra a través de la 99.9 remarcando que además están tratando de convencer a legisladores opositores para que se modifique el texto de la ley. Además, se refirió a la violencia doméstica sobre todo ejercida hacia varones.
Una vez más, los profesionales buscan que se visibilicen los evidentes problemas que tiene la Ley de Salud Mental en Argentina con un fuerte contenido ideológico y que no permite asistir a las personas que padecen distintas enfermedades.
Los psiquiatras están buscando que los legisladores les presten atención, tarea difícil por cierto. Uno de ellos es el Dr. Andrés Mega que habló al respecto en la 99.9: “cuando uno analiza la ley sancionada en el año 2010, llega a la conclusión de que hay una larga historia de inexactitudes que denunciamos desde el primer momento porque fue sancionada sin debate en diputados y con una parodia de debate en senadores, pero lo más importante es que no reconoce la existencia de la enfermedad mental. En la sanción de esta ley no se convocó a ninguna facultad de medicina y tampoco a ninguna sociedad psiquiátrica importante. En consecuencia, salió un engendro, un articulado ideológico que tiene una desconexión con la realidad de la historia de la enfermedad psiquiátrica, la patología y los recursos disponibles. No cabía otra posibilidad que este final, el abandono del paciente y sus familias. No había otro resultado que el desastre”.
Están haciendo el esfuerzo para que se llegue a debatir nuevamente desde la política un cambio en la redacción de la ley: “desde hace tiempo venimos contactando a legisladores de la oposición para que nos escuchen y que formulen un nuevo texto legal modificando y corrigiendo los gravísimos errores que tiene con una visión netamente sanitaria”.
En la actualidad, cualquier persona en la vía pública que tenga algún desorden psicológico no puede ser tocada siquiera por ningún actor intermedio porque la Ley de Salud Mental básicamente prioriza la libertad de las personas. Por eso, el Dr. Mega hizo una interesante comparación: “si una persona se fractura la cadera en la peatonal o alguien sangra en su cabeza porque se golpeó y está tirado en la calle, se llama inmediatamente a alguien que lo asista y lo lleve a la guardia. ¿Porque no se puede hacer cuando alguien tiene una crisis mental que requiere un tratamiento y la visión de un especialista para ver como ayudarlo terapéuticamente?”
También desde su posición profesional, se refirió a los recientes casos de violencia intrafamiliar ejercida por mujeres, algo que la justicia y la ley tampoco preven: “uno piensa que cuando los legisladores sancionaron las figuras del código penal incluyendo el femicidio lo hicieron sobre la base de la estadística abrumadoramente superior de las mujeres como víctimas de violencia. Lo que ha quedado fuera del ámbito de los legisladores, es el varón víctima de violencia. El síndrome de Estocolmo se da muchas veces en los hogares argentinos que suelen ser un verdadero infierno, sean hombres o mujeres que aterrorizan produciendo daños psicológicos y físicos a sus familiares”.
El profesional instó a la denuncia porque además, es una forma de cortar un círculo vicioso: “hay medios de denunciarlos, que lleguen al ámbito de la justicia para intentar una resolución. Lamentablemente no estamos en Dinamarca donde situaciones de este tipo con la simple denuncia generan que el estado provea de una vivienda apropiada, restricción perimetral y vigilancia en menos de 24 horas. A veces el único medio de subsistencia es seguir conviviendo con el agresor en nuestro país, pero esto se debe denunciar sino se perpetúa en la mente trastornada del agresor de que están contentos y felices”.