La Dra. María Elena Bottazzi es una científica de origen hondureño, y actualmente codirectora del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas, ubicado en Houston, Estados Unidos, una institución sin fines de lucro. Desde allí, han desarrollado una técnica para la producción de una vacuna contra la Covid-19 que ofrecen de manera gratuita y libre de patentes.
Al respecto de su trabajo, Bottazzi cuenta: «Nuestro centro ha trabajado por más de dos décadas en el desarrollo de vacunas para enfermedades tropicales. En este caso utilizamos tecnologías que son convencionales en este tipo de proyectos, se trata de proteínas recombinantes, las cuales se producen en células de levadura. Hace diez años que estamos utilizando estas técnicas para el desarrollo de otras vacunas. En 2020 empezamos a trabajar en una vacuna para la Covid-19 y ahora se ven los frutos de este trabajo mediante la colaboración con una compañía hindú que ya recibió la autorización para producirla».
Abundando en los detalles técnicos de este desarrollo, indicó: «Utilizamos un pedacito del código de la proteína espiga, a partir del cual, mediante ingeniería genética, se convierte en un vector que es luego expresado en células de levadura. Nosotros decimos también que es una técnica vegana, ya que no tiene ningún derivado de productos animales. Al ser la misma tecnología que se utiliza para la producción de la vacuna contra la hepatitis B, muchos manufacturadores pueden producirla».
Este desarrollo, que en la India se distribuirá bajo el nombre Corbevax, está siendo evaluado por compañías en diferentes países del tercer mundo. Cuenta Bottazzi: «Hemos escogido aliados en la India, pero también en Indonesia, Bangladesh y en algunos países de África, ya que con esta técnica se pueden producir cientos de miles de dosis de una forma segura y efectiva contra la Covid-19».
Al respecto de la distribución en la India, indicó: «Corbevax ha sido revisada por las autoridades y está aprobada en ese país. Ellos han comprado 300 millones de dosis, para distribuirlas inicialmente en la India. La compañía ya está trabajando con las autoridades de la Organización Mundial de la Salud para obtener el sello de calidad y así poder distribuirla a otras naciones».
Bottazzi destacó que la patente de esta vacuna es libre, y que cualquier empresa con capacidad de producirla puede obtener toda la información de manera gratuita: «Nuestra “formula”, por decirlo así, el proceso al respecto de cómo logramos esta ingeniería, las “semillas” que se le pasan a los manufacturadores junto con todos los procesos que permiten producir y escalar la producción de la vacuna, siempre los hemos tenido publicados y accesibles para quien lo necesite, porque en esta emergencia lo que queríamos era brindárselo a todos lo que quisieran aprender a producirla. El objetivo es incrementar el número de vacunas disponibles, combatir esta desgracia de no tener vacunas en tantos países que las necesitan».
Al respecto de los desarrollos comerciales como los liderados por Pfizer y Moderna, Bottazzi opinó: «La verdad, es que cada entidad tiene su propio objetivo. Obviamente, las multinacionales han hecho una gran labor a la hora de generar avances en estas nuevas tecnologías. Si no tuviéramos estas vacunas desarrolladas por ellos estaríamos en una situación aún mucho peor. Afortunadamente, estas vacunas han sido muy seguras y muy efectivas, y eso es lo más importante».
Sin embargo, la científica de origen hondureño destacó la necesidad de democratizar el acceso a las vacunas a nivel mundial: «Esta es una pandemia global que no sólo está afectando a muchas personas, sino que además está causando muchas muertes. Y a esto, se suma la urgencia que genera la aparición de nuevas variantes, las cuales definitivamente se producen por el hecho de que hay una enorme inequidad en el acceso a las vacunas. Las variantes surgen cuando hay mucha gente que aún está desprotegida y que no puede combatir el virus».
En ese sentido, opinó que los esfuerzos globales para garantizar el acceso a la vacunación contra la Covid-19 podrían haber sido mayores: «Habría que haber hecho un poco más de esfuerzo, especialmente por parte de los países de grandes ingresos, que tienen la capacidad económica de comprar estos productos». Bottazzi destacó que desarrollos como el de Corbevax van a ayudar a eliminar esta inequidad: «Este tipo de vacunas más convencionales son las que, a lo mejor, van a venir a solucionar este problema. Es un poco tarde, pero mejor tarde que nunca».
Bottazzi destacó que la efectividad y seguridad de estos desarrollos se debe a que se basan en tecnologías altamente probadas y que se vienen desarrollando desde hace años. «Hay que ponerlo en su contexto: nosotros, como investigadores y desarrolladores de vacunas, no sólo tenemos años de trabajar con estas tecnologías, sino que también tenemos experiencia trabajando con otros coronavirus. Es cierto que estas vacunas se han desarrollado muy rápido pero, para darle confianza a la gente, es importante recordar que son tecnologías de las que ya teníamos conocimiento hace décadas e incluso los aspectos más novedosos de estas tecnologías son desarrollos que se venían evaluando desde hace mucho tiempo. No hay que pensar que se hizo todo en un plazo corto de tiempo, sino que hay un contexto en el que ya había estudios muy avanzados evaluando estos desarrollos».
Al respecto del surgimiento de la variante Ómicron y la posibilidad de que la misma sea una forma más leve de la enfermedad, dijo: «Hay que seguir incentivando a que la gente se vacune. Es cierto que esta variante da la apariencia de que tal vez no sea tan severa, pero aún así causa enfermedad y aún no se sabe qué secuelas puede dejar. Por eso, es muy importante vacunarse y, si ya se ha recibido una vacunación completa, recibir los refuerzos».
Bottazzi no dejó de destacar el rol de nuestro país en el desarrollo y distribución de las vacunas: «Argentina ha sido un excelente colaborador a través de sus grupos que tienen la capacidad de producir vacunas y que han colaborado con México y con AstraZeneca para poder replicar la producción de más dosis. Hay varias maneras de poder contribuir, no necesariamente pensando en un eventual beneficio puramente económico. En el caso de Argentina, el beneficio es poder ayudar a la población latinoamericana. De mi parte, un aplauso para los argentinos en general porque siempre han estado presentes».