Dra. María José Mancino: «La medicina no es subjetivismo»

La Médica psiquiatra, psicoterapeuta especialista en orientación familiar y asesora de MANADA, habló en la 99.9 sobre la postura que asumieron luego de que Javier Milei prohibiera la hormonización a menores.

Las madres de Madre de Niñas y Adolescentes con Disforia de Género Acelerada (MANADA) emitieron un comunicado donde le agradecen a Milei que haya prohibido la hormonización a menores y le piden un esfuerzo más con algunos aspectos en particular.

La Dra. María José Mancino, Médica psiquiatra, psicoterapeuta especialista en orientación familiar y asesora de MANADA habló al respecto en la 99.9 indicando que «estamos agradecidos y le avisamos a los médicos, desde el punto de vista del asesoramiento legal que al día siguiente ya es delito cometer algunos de estas intervenciones, armonizaciones o cirugías a los menores de edad. Ya tenemos presentadas denuncias a nivel nacional, no puedo especificar las provincias».

Para la Dra en particular y para el organismo que representa, no es un buen uso de la medicina lo que se está haciendo en estos casos y explicó sus motivos «la medicina no se basa en subjetivismo, no es porque la persona sienta algo que se considera una enfermedad, sino que hay que constatar que realmente hay una enfermedad. En este caso no hay una enfermedad, por lo tanto se está aplicando una falsa ciencia. Tampoco se reasigna el sexo a nadie, lo que se hace es un cambio, en todo caso de mutilación de órganos sanos y eso tampoco es medicina. Estamos hablando de menores de edad y de un tipo de cirugía que lleva a otras cuestiones con condiciones físicas, de salud y con consecuencias. No se les explica del todo a los pacientes que el consentimiento informado no es detallado, que eso es una de las cosas que pedimos con la asociación de médicos».

El hecho de que estas operaciones y tratamientos se den en la época de la adolescencia no es un detalle menor porque para la Dra. Mancino, hay todo un sistema que utiliza esa situación: «las estadísticas argentinas en cuanto a la población que dice percibirse en este sentido, es del 15 al 28 %. O sea que tenemos el mayor porcentaje que lo manifiesta en esas edades. Claramente la adolescencia es un momento de inestabilidad emocional y de madurez en un montón de situaciones y que no están en condiciones para llevar adelante algo que después no solo los convierten en pacientes crónicos porque dependen de la hormonización, sino también porque es irreversible en el caso de las cirugías. Nosotros trabajamos ad honorem, no cobramos, por supuesto, cada uno vive de su profesión, pero las madres y esto lo hacen ad honorem. En cambio hay intereses creados económicos claramente. Todos los transicionadores que vamos conociendo a lo largo de Latinoamérica y el mundo, te van contando, inclusive lo pueden buscar en Internet porque hay una página que ellos mismos están armando con respecto a sus experiencias, lo que es volver atrás de una vaginoplastia, las consecuencias que tienen con las fístulas, el aumento de cáncer o la ginecomastia en los varones. No es gratis todo esto».

Por eso, consideran que la medicina no se debe utilizar en estos casos porque hay todo un contexto que no se aplica: «La medicina no es subjetivismo, no es deseo, no es incongruencia, no es un término médico. La disforia no es solo una incongruencia sino hay un problema del trastorno psicológico, se tiene que resolver el trastorno psicológico y acompañar en todo caso. Pero ellos no acompañan. Ellos dicen que acompañan. En realidad, cuando van a la consulta, los padres directamente les dicen que los felicitan a los papás porque tiene un niño trans o un adolescente trans, pero eso no es medicina tampoco». Incluso fue más allá y denunció un movimiento extremo que busca afectar directamente el pensamiento de los adolescentes: «hay un grupo muy fuerte, coercitivo, que manipula dentro de estos centros de hormonización a los adolescentes para apartarlos también de las familias. Entonces hay un comportamiento desde la psiquiatría también de tipo secta. Vimos cómo se manejan con respecto a la manipulación de los adolescentes más cercanos a los 18 años».

La madurez de una persona, según los términos médicos recién se da llegando a los 30 años por lo que también están haciendo un reclamo al gobierno para que todas estas situaciones tampoco se terminen fomentando socialmente: «pedimos que no se fomente en la afirmación social, porque antes de una personita pasara a considerarse transgénero, primero fue captada por la ideología. Y convengamos que es un terreno vulnerable no solo a la adolescencia, sino que está asociado con una comorbilidad de estas pacientes que tienen, en muchos de los casos, trastornos de déficit de atención leves, generalmente algún grado de autismo, depresión, ansiedad. He visto trastornos esquizoides de la personalidad, trastornos límites de la personalidad con muchísima angustia y algunos trastornos de pánico. Esos son la mayoría de las comorbilidades que vemos. No vemos una disforia de género exclusiva, única y que no esté asociada con este tipo de patologías. Fomentarlo desde las escuelas, ahí es donde comienza todo, independientemente del ámbito en la casa, de cómo esté la familia y el uso de las pantallas».