El ex juez Eduardo Gerome analizó el momento que atraviesa la justicia argentina con un reconocimiento del lugar de la víctima y de los familiares de la misma: “la presión de la sociedad es fundamental porque se llegó a un hartazgo tan grande que todo el mundo tiene a la inseguridad como prioridad en sus problemas”.
En los últimos meses, la justicia ha iniciado un camino distinto. La víctima y sus familiares están ubicándose en un rol que antes no tenían y que los empieza a poner en igualdad de condiciones mínimamente respecto de quien comete los delitos. Aunque parezca paradójico, esto estaba lejos de suceder hace apenas unos meses atrás.
El ex juez Eduardo Gerome, analizó esta coyuntura en la 99.9 y señaló que “el cambio en la política hace que determinadas formas de actuar ante este flagelo haya cambiado. La presión de la sociedad es fundamental porque se llegó a un hartazgo tan grande que todo el mundo tiene a la inseguridad como prioridad en sus problemas”.
Si hay algo claro en este último tiempo, es que la mayoría de las personas que logran la liberación total o parcial, terminan detenidos nuevamente por perpetrar otro ilícito: “el 50% de los que salen vuelven a delinquir, aún con estadísticas que no son confiables. Hay un cambio de paradigma en todo esto donde la víctima pasa a tener un rol importante, por lo menos tan importante como el que delinque”.
En la sociedad, los que se dedican al delito no son tantos como se cree y por eso Gerome consideró que no se debe unir a la pobreza con aquellos que delinquen: “los delincuentes son minoría por fortuna y tenemos que puntualizar que la pobreza no es sinónimo de delincuencia”. También aclaró, por otro lado, que “no es cierto que porque no hayan sido agraciados en el desarrollo de su vida tengamos que aceptar los hechos que ocasionan los delincuentes”.
Incluso el ex magistrado se refirió al daño que generó la ideología de Zaffaroni socialmente: “es una cuestión ideológica como lo fue esa tesis que muchos jueces siguen aplicando basada en la ideología de Zaffaroni. Para mí sigue siendo nefasta. Los resultados de la justicia se ven con la ola de inseguridad enorme y creciente que hay ahora”.
La importancia que le da al hartazgo social es central en este cambio de rumbo: “ahora la sociedad pide el cambio y cuando un grupo social cada vez más grande que se expresa por redes sociales está presionando, puede ser que sea la única forma en la que se produzcan los cambios. Los periodistas tienen el rol enorme de informar estas situaciones”, finalizó.