El abogado que defendió en su momento al Ingeniero Santos, uno de los casos más emblemáticos de la Argentina en justicia por mano propia, habló de las manifestaciones recientes en Ramos Mejía y el hartazgo de los vecinos ante la constante inseguridad.
La respuesta de los vecinos de Ramos Mejía en los últimos días, no ha sido más que el punto de ebullición en el que se encuentra la sociedad cuando los hechos de inseguridad son constantes y las víctimas fatales se repiten día a día. El abogado Eduardo Gerome tuvo la defensa del Ingeniero Santos que en 1990 persiguió a dos delincuentes que le habían robado el pasacasette en el 12° hecho que sufría de esas características y los mató.
Fue uno de los primeros hechos que generó una fuerte división social y la protesta por lo que estaba sucediendo y por eso el letrado se refirió en la 99.9 a lo que está sucediendo hoy: “jamás se hizo nada para morigerar este estado de cosas. Peor, se ha logrado provocar cada vez más situaciones de este tipo hasta llegar a un momento actual donde la sociedad está harta de todo lo que está pasando sin que ninguno de los poderes mueva un dedo para cambiar este estado de cosas. No sólo no se solucionaron, sino que han ido en declive permanente hasta que ha logrado calar hondo en la sociedad y principalmente en los hogares más humildes. La reacción de la sociedad es porque ya cualquier fósforo que se prenda, puede causar una explosión”.
La justicia ya no es una herramienta para la población porque los fallos que se han dado a lo largo de los últimos años, son tan increíbles que generan un fuerte rechazo: “hay jueces muy fuera de la realidad. El hecho de que liberen a delincuentes peligrosos mucho antes de que cumplan la pena, adjudicándoles meses menos a quienes hicieron cursos de los más irracionales, genera un descreimiento en la justicia muy grande. Hoy es una de las instituciones con mayor desconfianza de la sociedad. Falta el sentido común en muchos jueces”.
La responsabilidad política en este contexto es innegable a punto tal que Gerome no sólo indicó que tienen una parte importante de la culpa, sino que además lo fomentan: “el gobierno está muy lejos de querer terminar con este estado de cosas, más bien parece que lo porhija como hicieron con la liberación de presos en la pandemia, que las cárceles no alcanzan para justificar la salida”, finalizó.