El economista señaló en la 99.9 que el esfuerzo que tendrán que hacer los argentinos para pagar las nuevas tarifas, quedarán casi inmediatamente desactualizadas. Además, se refirió al clima político que atraviesa el país.
La situación económica del país suma todos los días un nuevo capítulo. Ahora se hicieron oficiales los aumentos de tarifas que estarán en niveles mucho más altos de los anunciados inicialmente cuando se quiso negar un “tarifazo” que ahora es evidente.
El economista Eduardo Jacobs, analizó este presente a través de la 99.9 indicando que “vamos a hacer un terrible esfuerzo que se lo va a llevar la inflación porque está prevista en un 100%. Las tarifas que con estos aumentos no recuperaban ni un 20% del rezago y van a volver a quedar rezagadas. Es seguir esforzándonos para mover un paquidermo que no se puede mover”.
Mientras tanto, hay empresas que dependen del estado y que tienen gastos siderales injustificados donde no se hacen recortes que si se ven hoy en áreas como salud y educación: “las empresas públicas más los entes descentralizados del estado nacional pierden 3.500 millones de dólares por años en servicios que no son como Aerolíneas Argentinas o el Correo, no hay servicios esenciales. Télam no justifica 2 mil personas, es algo demodé, del siglo pasado”.
Desde el punto de vista político, hoy Cristina Fernández está en una cruzada tratando de salvarse a si misma a cualquier costo, pero no le queda mucha escapatoria. A pesar de las comparaciones que la vicepresidenta quiere hacer con lo que sucedió en 2001, Jacobs indicó que “acá el golpe lo está haciendo Cristina desde el poder. No tenemos claro porque va, si quiere evitar lo que ocurrió el lunes pasado con el alegato de Luciani, tiene que intervenir el Poder Judicial y no puede hacer eso”.
El final es indefectible porque la causa de Vialidad tendrá condena en su contra. Sin embargo eso no terminará con Cristina presa y tampoco inhibida para presentarse el año próximo a elecciones: “en este momento el peronismo está disgregado en 400 tribus y dentro de todas esas, ella tiene la lapicera que dejó Alberto hace tiempo. Decide como se maneja esto y está yendo a 200 kilómetros por hora a un precipicio”.