El investigador del CONICET, Eduardo Saguier denunció ante la justicia al Ministro Lino Barañao por el destino de fondos enviados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y debió afrontar un importante periplo en la justicia. “Fueron 1.240 millones de dólares que se otorgaron en tres tramos. seguí la distribución de estos dineros y crucé la información de los beneficiarios con los funcionarios miembros del gobierno donde encontré una correlación directa entre 50 coordinadores de la Agencia, unos 60 miembros de la comisiones asesoras del CONICET y los secretarios de ciencia y técnica de las Universidades Nacionales”, dijo.
Eduardo Saguier es denunciante nada menos que del Ministro Lino Barañao desde hace 11 años por una determinada cantidad de dinero que llegó a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que no habría sido manejado de la forma adecuada. Eso derivó en una acción judicial que ha pasado por distintas instancias.
El propio investigador del CONICET contó los detalles en la 99.9: “el dinero se destinó a la Agencia Nacional para la Promoción Científico Tecnológica, es un organismo paralelo al CONICET. Fueron 1.240 millones de dólares que se otorgaron en tres tramos. Los primeros 240 fueron otorgados en la época de De La Rúa y los otros mil en dos tramos de 500 mil cada uno, desde Duhalde hasta el 2010. Después creo que se siguieron dando, pero yo hice la denuncia de los 1.240 millones de dólares”.
Con el correr de los años, Saguier nunca abandonó la investigación y se encontró con datos que le llamaron la atención: “en la época de Kirchner, seguí la distribución de estos dineros y crucé la información de los beneficiarios con los funcionarios miembros del gobierno donde encontré una correlación directa entre 50 coordinadores de la Agencia, unos 60 miembros de la comisiones asesoras del CONICET y los secretarios de ciencia y técnica de las Universidades Nacionales. Inmediatamente hice la denuncia en 2005”, puntualizó.
Sin embargo, haber denunciado fue sólo el primer paso porque sería un largo periplo el que le esperaba en Tribunales: “el que estaba de fiscal renunció y asumió uno nuevo que se llama Noayes que rechazó la investigación. Cuando tomé conocimiento fui a la Cámara Penal, hice la denuncia por escrito, se sorteó y cayó en manos de una jueza que se excusó por considerar que era una cuestión del fuero Federal. Se volvió a sortear y cayó en manos de Martínez De Giorgi en 2009”.
Fue el momento entonces de otra de las irregularidades en torno a la poca investigación que se llevó adelante. “El juez aceptó sólo un testigo de apellido Casanello, Carlos Casanello, que se presentó como director del FONCyT. El testimonio de este señor fue muy detallado, muy preciso justificando toda la operatoria. Acto seguido archivó la denuncia, pero yo apelé y cayó en manos de la Sala 2 de la Cámara de Apelación. Nos presentamos y luego decidimos no apelar a la Corte”, explicó el investigador.
Con el correr de los años, empezó a comprender porque se había aceptado sólo una versión dentro de la causa: “descubrí que Casanello era funcionario del organismo imputado y el juez no debió haberlo admitido como testigo. En 2015 redacté la presentación ante la justicia y ante mi gran sorpresa, en 2016 fue elegido Ministro el mismo funcionario denunciado. Ahí se me desplomó la expectativa”.
Lo que denuncia Saguier es que hay un negocio con la ciencia donde nadie puede decir nada y por eso se manejan este tipo de negociados: “estamos peleando contra el poder. Esta gente se adueñó de todos los organismos de ciencia del país y nadie abre la boca. Tienen controladas todas las universidades del país, los consejos directivos de las facultades, e incluso el año pasado públicamente llamaron a votar por Scioli, algo que nunca había sucedido. A todos los investigadores jóvenes los tienen amordazados”, denunció finalmente.