EE UU rastrea mil millones de la corrupción venezolana

Las autoridades norteamericanas descubren una compleja trama de sobornos a través de PDVSA, la empresa petrolera estatal.

Mansion-en-TexasParecía sencillo: soborno de empresarios venezolanos a funcionarios chavistas para conseguir contratos del petróleo, pero esta vez con dinero de Estados Unidos. ¿Cómo hacerlo? Hoteles lujosos como el Fontainebleau de Miami, mordidas, pagos de hipotecas, billetes de avión, whisky. Esto es lo que estuvieron haciendo dos empresarios venezolanos instalados en Estados Unidos con el fin de obtener contratos de la gran empresa de petróleo nacional, la famosa PDVSA.
Las autoridades estadounidenses filtraron ayer a la agencia de noticias Reuters que han rastreado más de 1.000 millones de dólares relacionados con esta trama fraudulenta. A esto hay que añadir la información confirmada por el Departamento de Justicia norteamericano sobre la detención del presidente de la empresa Tradequip Services & Marine, el venezolano Roberto Rincón, quien habría conspirado para pagar junto con un compatriota, el empresario José Abraham Shiera Bastidas, sobornos a los mencionados funcionarios con el fin de obtener contratos de PDVSA.
Hasta ahora costaba entender cuál era exactamente la política de Estados Unidos hacia Venezuela. ¿Mantenía Washington un doble juego parecido a los chavistas? Por un lado, estrechaba el cerco en cuestiones como las violaciones de derechos humanos y narcotráfico. En cambio, las relaciones comerciales parecían hasta ahora intocables, dominadas por el petróleo. Conviene recordar que EE UU es el primer comprador de petróleo venezolano y uno de los cinco proveedores más importantes. Según la acusación que sale desde Estados Unidos, Rincón habría pagado hasta 2,5 millones de dólares en sobornos a un solo funcionario. Con ello, Rincón y Shiera habrían violado la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de Estados Unidos. «El señor Rincón niega las acusaciones formuladas contra él en el auto de procesamiento y espera con interés la oportunidad de impugnar el caso del Gobierno», dijo Samuel Louis, su abogado. Shiera es el gerente de Vertix Instrumentos, un proveedor del sector petrolero venezolano. Ambos fueron arrestados el 16 de diciembre y han estado detenidos sin fianza.
En una orden de la jueza federal, Nancy Johnson, que detalló por qué el sábado negó la libertad bajo fianza a Rincón, se sostiene que el detenido tiene una «estrecha amistad personal» con el general venezolano retirado Hugo Carvajal. Éste, ex jefe de inteligencia militar de Venezuela, fue arrestado en 2014 en Aruba por acusaciones estadounidenses de tráfico de drogas, pero las autoridades de Aruba declinaron extraditarlo. Carvajal fue detenido en el avión de propiedad privada de Rincón, de acuerdo a la orden de Johnson. De esta forma, las autoridades estadounidenses tratan de averiguar si se puede vincular PDVSA a operaciones de lavado de divisas en el mercado negro y del narcotráfico.
A esto hay que añadir el caso de empresas constructoras españolas, conocido hace dos meses, a las que funcionarios de la petrolera venezolana pidieron el pago de un soborno de 150 millones de dólares para optar a un proyecto de energía eléctrica de 1.500 millones de PDVSA. En aquella ocasión, los españoles no aceptaron. En cambio, según publicó en su día «The Wall Street Journal», otros proveedores extranjeros sí estuvieron dispuestos aceptar las condiciones de los venezolanos.
En los últimos meses, se ha estrechado el cerco de forma paulatina a los dirigentes de Venezuela, un país al que muchos ven ya como un «narcoestado». Se investiga al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, considerado el segundo hombre más poderoso del país, por supuestos vínculos con el transporte de droga. Hace semanas se detuvo en Haití a dos sobrinos del presidente Nicolás Maduro, Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores, acusados ya formalmente de intentar introducir 500 kilos de cocaína en Estados Unidos. También se han impuesto sanciones a políticos del núcleo cercano al presidente después de ser vinculados a diversas violaciones de los derechos humanos contra la oposición del país tras las protestas que estallaron en febrero de 2014.

El nido de los sobornos chavistas

La petrolera estatal venezolana, PDVSA, ha sido durante años la gallina de los huevos de oro del Gobierno chavista. Ha servido tanto para financiar las generosas políticas sociales públicas como para llenar los bolsillos de funcionarios y empresarios ligados al régimen mediante el soborno y otras prácticas, tal y como ponen de manifiesto distintas agencias federales norteamericanas en varias jurisdicciones de EE UU. Al frente de PDVSA estuvo durante diez años Rafael Ramírez (2004-2014), considerado el tercer hombre más poderoso del país, hasta que un año después de la muerte de Chávez fue defenestrado por Nicolás Maduro y colocado como embajador ante la ONU. Según publicó «The Wall Street Journal», Ramírez habría acumulado una inmensa fortuna en los años en que fue presidente de la petrolera. En EE UU se investiga también si desde PDVSA se utilizaron cuentas corporativas para lavar dinero procedente del narcotráfico.