El 2×1 VIP

Cada vez son más las familias con altos ingresos que buscan estrategias para amortiguar el impacto de la inflación; testimonios y rebusques para que el ajuste no se note.

inflacion-y-preciosTomar el colectivo, aprovechar el 2×1 o ir al súper los días de descuento son hábitos naturales en la mayoría de los argentinos. Pero la presión de la suba de precios es tan fuerte que en las clases más altas también se están incorporando estas alternativas para amortiguar la inflación.
Aunque todavía no se puede decir que el impacto es fuerte, sí se pueden detectar algunos signos que indican un cambio de hábitos que sobre todo tienen que ver con una actitud de prevención frente a la crisis.
“En la clase alta están con una actitud preventiva. Pero el nivel medio fue el más afectado, y es la clase que se siente más excluida, porque conoció, se permitió, y ahora ve todo eso inalcanzable. La clase baja, en cambio, tiene un entrenamiento en controlar el gasto, pero también venía de un consumo que ahora ve recortado”, explicó Patricia Sosa, directora de Negocios de Área Cualitativa Cuore de la investigadora de mercado CCR.
Los sectores con mayores ingresos están preocupados y temen que los aumentos no les permitan ahorrar como ellos quisieran. “Están como re organizándose para no perder los consumos de placer. No lo sienten como un ajuste sino como una oportunidad. Piensan acortó acá y sigo con el resto de lo que me hace bien, y que me da un beneficio emocional”, agregó Sosa.
“Lo que pasa con la clase alta es que se resigna a resignar. Por eso, aunque ajusta en algunas cosas en otras tratan de no perder, como en el cuidado personal, porque sienten que les da beneficio emocional”, detalló la especialista.

PEQUEÑOS AJUSTES, GRANDES DESCUBRIMIENTOS

Aunque los cambios sean pequeños no dejan de ser una señal de ajuste para una clase que en general es esquiva a las crisis. Las estrategias que adoptaron casi todos en este nivel socioeconómico son: comprar en promociones, cambiar de marcas en algunos productos, salir menos, disminuir los viajes al exterior y cuidar en qué gastan.
“Cambie de supermercado”, explicó Teresa, una mujer de clase alta que prefiere mantener su identidad en reserva: “ahora voy al Coto porque los martes y miércoles tengo descuento, o sino averiguó en otros supermercados que día hay y voy ese día. Hace dos años no hacía eso, iba el día que podía al supermercado que más me gustaba”.
El ajuste también se caracteriza por la profundización de las compras pequeñas. Se incrementa el stockeo, combinado con compras controladas de reposición, y menor compra de abastecimiento general. Además disminuyen las compras compulsivas, y se están escuchando más las ofertas, según se desprende del estudio Pulso Social 2014: Con la tijera en la mano, de la consultora CCR.
Otra de las cosas más importantes es que están más atentos que nunca a recibir información de oportunidades, y buscan mantener el consumo hedonista siempre y cuando no requiera demasiado esfuerzo. Son precavidos, y se cuidan porque temen por el futuro.
“Las clases altas están aprovechando las promociones y lo dicen como orgullosos de que conocieron el concepto de cercanía y prueban marcas propias, sobre todo de limpieza, conservas, o galletitas. Se permiten conocer cosas nuevas y ante la duda googlean. Hacen una investigación muy fuerte en este sentido”, aclaró Sosa.
“Ahora aprovechó más las ofertas y me llegan por mail los avisos de descuento. Además, compro cosas cuando están baratas y las guardo en el freezer, algo que antes no hacía”, agregó Florencia, otra mujer que también pide resguardar su identidad.
Otro de los datos más curiosos es que aunque en algunos productos pueden cambiar de marca y recortar, en otros priorizan mantener su consumo habitual. Para eso acotan gastos cotidianos, y pueden migrar a marcas propias en otros productos.
“En el supermercado, lo que puedo lo cambio por marcas más baratas. Averiguo qué marca es buena y compro eso. A veces si no se me arriesgo, o miro lo que compra la de al lado”, confesó Teresa.
La conservación de la marca se da en productos de alto beneficio emocional, que son los relacionados con el cuidado de la imagen. Para eso, se multiplican las estrategias para continuar comprando las marcas preferidas.
“Se trasladan y hacen el esfuerzo para comprar las marcas que les gustan, algo que en otras épocas no hacían. También están stockeandose, compran en 2×1 e invierten en lo que saben que va a subir” completó Sosa.

MENOS SALIDAS, VIAJES Y TAXIS

Las salidas, los viajes y el transporte también se vieron afectados por el ajuste. El taxi es considerado un lujo que sólo se reserva para ocasiones especiales y algunos productos que eran de uso cotidiano, como los perfumes, ahora se usan solo en las salidas.
“En lugar de salir afuera, la reunión con los amigos se hace en una casa, para pedir delivery o cocinar. Capaz gastan los mismo, pero se permiten probar este tipo de cosas”, aclaró Sosa.
“Otra cosa que cambió es que estoy saliendo menos de noche, antes salía dos o tres veces por semana, y ahora salgo una o dos. También nos juntamos más en casas”, confirmó Teresa.
“Con la comida pasó lo mismo, antes todos los domingos compraba pizzas a la vuelta de casa por delivery, y ahora las compró en el chino para cocinar, porque por la misma plata que compraba las de antes ahora compro estas”, dijo Florencia.
La mujer agregó que otro hábito que cambió es el cine: “íbamos a cualquiera, y ahora vamos solo al Village Recoleta porque tenemos 2×1 en las entradas. Antes no iba ahí ni loca, me divertía más el Patio Bullrich porque me encontraba con gente”.
“También viajo menos en taxi. Parte de mi programa antes era tomarme uno para ir al Paseo Alcorta con mis amigas a almorzar, y ahora voy en el 102. Me tomaba taxis con mucha más frecuencia que ahora”, explicó la mujer.
Otro cambio importante es que disminuyeron los viajes al exterior. Según la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) “las salidas al exterior de los turistas argentinos fueron 398.757, disminuyendo 4,4% con respecto al mes de junio de 2013”. “Viajaríamos más sino fuera por la situación del país”, dijo en consonancia Florencia.
Sin embargo, muchas veces los cambios que parecen más pequeños esconden grandes revelaciones, sobre una clase que no está acostumbrada a las privaciones: “Antes usaba todos los días perfume francés importado, y ahora uso uno de acá, de industria nacional, para el día a día y sólo cuando salgo uso los otros”, admitió Florencia.