El 54% de los estudiantes argentinos de 15 años se distrae con su celular en clase

De 80 países que participaron en las pruebas Pisa, Argentina es en donde los chicos más se distraen con los teléfonos en clase. Los resultados de Argentinos por la Educación muestran que los países con más estudiantes distraídos tienden a obtener puntajes más bajo en Matemática.

Más de la mitad de los estudiantes argentinos de 15 años (54%) declaran que se distraen con dispositivos digitales propios (celulares, aplicaciones, sitios web, entre otros) en las clases de matemática. Además, el 46% afirma que se distrae por el uso que hacen del dispositivo otros compañeros.

Ambos porcentajes son los más altos de los 80 países que participaron en las últimas pruebas Pisa del 2022 y analiza las respuestas de los alumnos de esa edad sobre el uso de dispositivos digitales en la escuela.

Los datos surgen del informe «Celular en el aula: uso, distracción y aprendizajes», del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Andrea Goldin (Conicet y Laboratorio de Neurociencia, Universidad Torcuato Di Tella), y de María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén, del propio observatorio.

Los resultados de Pisa muestran una relación negativa entre la distracción por el uso de dispositivos digitales en clase y el desempeño en Matemática. Los países con más estudiantes distraídos tienden a obtener puntajes más bajos, según el informe.

Argentina (54%), Uruguay (52%) y Chile (51%) tienen los niveles más altos de distracción y desempeños relativamente bajos, mientras que Japón (5%) y Corea del Sur (9%) presentan baja distracción y altos puntajes en Matemática.

Los autores explican que hay factores como la regulación del uso de la tecnología, las estrategias pedagógicas y el nivel socioeconómico de los estudiantes que pueden influir en esta relación.

Según las respuestas de los alumnos, Argentina (46%), Chile (42%) y Brasil (40%) presentan los niveles más altos de distracción por el uso de dispositivos de otros compañeros; en el otro extremo se ubican Corea del Sur (9%) y Japón (4%).

Aumento en el uso y distractores
El uso diario del celular en la escuela aumentó en casi todos los países entre 2018 y 2022. En 2022, un 54% de los estudiantes en Argentina usaba el celular todos los días en la escuela, y es el mismo porcentaje de chicos que admite distraerse.

Los resultados también muestran que en los países con más restricciones al uso de celulares en la escuela, los niveles de distracción tienden a ser menores. Japón, Corea del Sur y Macao (China) combinan bajas tasas de distracción con mayores restricciones al uso de dispositivos en las aulas.

El informe también aborda el impacto de las notificaciones y la presión por estar online durante las clases. De los países participantes en Pisa, Estonia (41%), Palestina (39%), Arabia Saudita (38%), Jordania (38%) y Argentina (38%) registran la mayor proporción de estudiantes que nunca desactivan las notificaciones en clase.

En tanto, Turquía (15%), Irlanda (15%), Japón (13%) y Corea del Sur (9%) presentan los valores más bajos.

Los varones tienen una mayor tendencia a dejar las notificaciones activadas en clase. Argentina fue el único de los 10 países latinoamericanos evaluados en el que el porcentaje de mujeres que se sienten presionadas para responder mensajes, es mayor al porcentaje de varones.

¿Prohibir o aprender otros usos?
Goldin explica: «Los datos aquí presentados muestran parte de lo que viene pasando en las aulas de nuestro país. En los últimos datos disponibles, Argentina lidera por casi 10 puntos porcentuales el podio latinoamericano de notificaciones activadas durante las clases».

«El hecho de que solo el 54% de los adolescentes de 15 años usaran su celular todos los días en la escuela sugiere que si más estudiantes hubieran tenido más celulares disponibles, los valores en distracción y/o rendimiento habrían sido peores», añade.

«De esto se desprenden dos posibilidades: fomentar la prohibición de uso de dispositivos en las escuelas, o en cambio, dedicar tiempo a ​ acompañar a los adolescentes en el aprendizaje del uso, con autonomía y responsabilidad de estas herramientas que actualmente tienen a mano y que, sin dudas, seguirán usando en el futuro», considera la coautora del informe.

Goldin es doctora en Ciencias Fisiológicas con un diploma superior en Educación y Nuevas Tecnologías por Flacso.

Acuerdos y precaución
«Las investigaciones son contundentes: la presencia del celular en el aula tiene efectos distractivos y perjudiciales. Si acordamos limitar su uso a momentos puntuales donde la actividad lo justifique, surge un desafío importante: ¿cómo se gestiona y controla el no uso? Esto nos lleva a la necesidad de definir políticas institucionales claras. ¿Dónde se custodian los dispositivos? ¿Se recogen en una caja o bolsa? ¿Quién asume la responsabilidad de esa tarea?», sostiene Fabio Tarasow, coordinador del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías (Pent) de Flacso.

Y agrega: «Sin estrategias institucionales bien definidas y un respaldo activo a docentes y directivos para implementarlas, el problema persiste».

«En buena hora somos más cuidadosos con el celular en el aula. Estamos atravesando un período de turbulencias psicosociales incubadas por la presión del ‘fomo’ (miedo a perderse algo), la insana socialidad digital, en donde los que más sufren son las infancias y adolescencias», plantea Alejandro Artopoulos, director del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés.

«Pero no hay que perder de vista que la escuela debe asumir la responsabilidad de dotar a nuestros chicos de las capacidades para sus proyectos de vida y ejercer la ciudadanía digital con autonomía. Regular el uso no es sinónimo de abstinencia», aclara Artopoulos.