El alcalde presenta la medida junto con los sindicatos mayoritarios para beneficiar a 570.000 trabajadores que viven en la pobreza.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, aprovechó este lunes la festividad del día del trabajo en EE UU para anunciar su propuesta de elevar el salario mínimo en la ciudad nada menos que un 50% en cuatro años, lo que coloca a una de las ciudades más desiguales de EE UU a la altura de otras iniciativas similares. El salario mínimo en la ciudad es de 9 dólares la hora. El alcalde pretende un aumento progresivo en los próximos tres años hasta los 13,25 dólares la hora. Subirá 1,25 dólares el primer año y 1,5 los dos años siguientes. Después, quedará ligado a un índice para que se actualice con el coste de la vida. A nivel estatal, el salario mínimo en California es de 9 dólares y aumentará a 10 en 2016.
Alrededor de un millón de habitantes de la ciudad de Los Ángeles viven en la pobreza, un 27% de la población (solo el municipio angelino, sin contar la gigantesca conurbación que lo rodea). En California la cifra es el 19%. Unas 570.000 personas viven por debajo del umbral de la pobreza teniendo trabajo, según datos ofrecidos por el alcalde. Ocho de cada diez trabajadores que cobran el salario mínimo no son blancos. De ellos, el 75% son latinos en una ciudad donde suponen un tercio de la población.
Los trabajadores son “la fuerza que nos hace la ciudad más creativa e innovadora del mundo”, dijo Garcetti. El alcalde dijo que incluso ahora que la ciudad se está recuperando económicamente más rápido que el resto del país de la debacle financiera, sigue siendo una de las más desiguales. La semana pasada, un estudio demostró que la ciudad tiene el mercado inmobiliario más caro de EE UU de acuerdo a sus sueldos. Mientras la productividad de los trabajadores es cada vez mayor, los sueldos están estancados o bajan. “Los números no les salen a nuestras familias. Vamos a restaurar la dignidad para todos los angelinos. No vamos a seguir viendo cómo avanza la pobreza”.
El alcalde aseguró que se trata del “programa contra la pobreza más grande en la historia de la ciudad” y del “estímulo público a la economía más grande en años”.
Garcetti hizo el anuncio bajo un sol inclemente de mediodía en el parque Martin Luther King, buscado expresamente para cargar de simbolismo el evento, en una zona desfavorecida del sur de Los Ángeles. “Todo trabajo tiene valor”, son palabras del reverendo King tres semanas antes de morir, en 1968. Estuvo acompañado por siete concejales del Ayuntamiento, los alcaldes de las ciudades vecinas de Santa Mónica, Culver City y West Hollywood, líderes religiosos y María Elena Durazo, la líder de la poderosa Federación del Trabajo del Condado de Los Ángeles, que agrupa a más de 300 sindicatos locales desde el espectáculo hasta la construcción.
La medida será aprobada como ley en el Ayuntamiento de Los Ángeles (los concejales forman un cuerpo legislativo independiente del alcalde) y será propuesta a todos los gobiernos locales del Condado de Los Ángeles en una conferencia el próximo día 12.
El equipo del Ayuntamiento está haciendo un esfuerzo importante para que esta no parezca una propuesta frívola y populista en la ciudad más rica del Estado más rico de EE UU, pero que tiene unas finanzas públicas delicadísimas. Por eso se insiste desde el Ayuntamiento en que la propuesta está basada en consultas con economistas y en un estudio de la Universidad de Berkeley que respalda el incremento como medida para estimular el consumo.
En la misma línea, el alcalde se hizo acompañar en la presentación por el millonario angelino Eli Broad, que habló para mostrar su apoyo a la medida. Para Broad, “el salario mínimo debe permitirte llevar una vida digna”, según dijo ante un público de un parque de South LA y de organizaciones de base y de apoyo a los inmigrantes que pocas veces tienen la ocasión de escuchar a un millonario. Broad aseguró que Los Ángeles es la ciudad con más pobreza de todas las grandes ciudades americanas. Para Broad, el estímulo económico que supone elevar el salario mínimo sacará a unas 400.000 personas de la pobreza y pondrá 6.000 millones de dólares en sus bolsillos para gastar en sus barrios, lo que redundará a su vez en la creación de más empleo.
“No haría esto si no fuera bueno para los negocios”, remachó Garcetti. “La caída en el poder adquisitivo es lo que detiene la economía”.
La principal oposición a la medida puede llegar por parte de las grandes asociaciones patronales de Los Ángeles. Preguntado por sus principales opositores, el alcalde no quiso identificarlos, pero admitió que habrá sectores que intentarán frenar la medida. Junto a Garcetti estuvo también el fiscal general de la ciudad, Mike Feuer, con quien tiene perfecta sintonía en este tema.
Por si fuera poco el apoyo sindical, académico y judicial, el alcalde invitó a hablar a la rabino Susan Goldberg y al obispo Jon Bruno. La rabino explicó que en la cola del banco de alimentos de su sinagoga “hay gente que tiene dos o tres trabajos y aun así necesita venir”. “Eso no es dignidad, en el sentido que le da nuestra comunidad”, dijo, al tiempo que pidió a todos que “recen para que el alcalde tenga fuerzas” para sacar la medida adelante. Por su parte, Bruno dijo que “a veces la iglesia es responsable por no hablar” ante la injusticia, y apoyó “la lucha por dar dignidad a todas las personas”.
El aumento del salario mínimo es un punto fundamental en la agenda del Partido Demócrata en este año electoral. El mismo lunes tanto el presidente del país, Barack Obama, como el vicepresidente Joe Biden, hicieron sendos discursos en favor de una subida. En febrero, Obama firmó una orden para que las empresas que contratan con el Gobierno paguen 10,10 dólares la hora en vez de 7,25. En un momento de parálisis en Washington, los políticos demócratas en California están haciendo sus campañas sobre la idea de que no esperan a que decida el Gobierno federal y avanzan en los temas importantes sin importar los problemas que los republicanos del Congreso le pongan a Obama. Los demócratas ostentan prácticamente todos los cargos electos estatales de California.
Con este anuncio, Los Ángeles sigue el paso marcado por ciudades con gobiernos progresistas como Seattle o San Francisco. Ambas ciudades han aprobado ya llegar hasta 15 dólares la hora. En Seattle es un plan a tres años. En San Francisco, donde actualmente el salario mínimo está en 10,74 dólares la hora, los votantes decidirán en noviembre si llega a 15. Al ser preguntado por qué no se llegaba directamente a esa cifra, el alcalde Garcetti contestó que la cifra de 13,25 estaba estudiada para que no se perdieran trabajos. Sin embargo, la cifra seguiría siendo de las más altas de Estados Unidos.