Solo en enero se vendieron más de dos millones de armas de fuego.
La venta de armas es el termómetro social de Estados Unidos.
Estos son tiempos de incertidumbre por la pandemia, por el asalto al Capitolio y por el cambio de poder, ahora en manos de los demócratas, más dados a establecer algún tipo de restricciones en el acceso a las armas.
Todo esto se reflejó en los números registrados en las armerías estadounidenses durante el pasado enero. Más de dos millones de armas de fuego se vendieron en ese periodo, según el estudio y la base de datos que mantiene The Washington Post.
Esto significa un incremento del 80% en la comparación de años tras años y el tercer récord más alto en un mes.
Las peticiones de antecedentes penales, de pistolas y rifles y de munición han mantenido un ritmo constante a lo largo de los últimos meses, una etapa de confinamiento, de protestas raciales en las calles y de vísperas electorales. El incremento de enero sigue con esa dinámica del 2020, cuando se vendieron casi 23 millones de armas, lo que supone una subida del 64% respecto a los registros del 2019.
Las armerías tienen serios problemas de abastecimiento en dos de los elementos más buscados en esta época, las pistolas y la munición. En muchos establecimientos disponen de escasas pistolas y han vendido toda la munición sin dar tiempo a nuevos suministros de los fabricantes.
El punto más alto de fiebre por las armas se produjo el pasado junio, con 2,8 millones de unidades. Este repunte llegó al rebufo de los incidentes propiciados por las manifestaciones tras la muerte del negro George Floyd, en Minneapolis, bajo custodia policial.
Esta situación se prolongó durante julio, con 2,5 millones.
Desde entonces se ha detectado un fenómeno nuevo. Muchos de los compradores de armas son primerizos, nunca había dispuesto de una de ellas, pero las circunstancias les hizo cambiar de parecer en este terreno.
La enorme inestabilidad que creó el presidente Donald Trump al no aceptar el resultado electoral, cuestión que condujo al asalto al Congreso el 6 de enero, ha sido el factor determinante en esta nueva oleada de ventas.
Coinciden toda una serie de factores, como la irrupción pública de la extrema derecha y el supremacismo blanco, que hace que numerosos ciudadanos sientan preocupación por la inseguridad. Michigan, con gran presencia de las milicias ultra, y Nueva Jersey son los dos estados donde más se han disparado las ventas.