Omar López Mato es médico y un apasionado escritor argentino. En su último libro, Fierita, cuenta el desastre que el paco ha provocado en la sociedad. También elogia el modelo uruguayo de regulación del consumo de marihuana.
Omar López Mato es un médico oftalmólogo, un apasionado por la historia y el arte, y un prolífico escritor que ha publicado más de 20 libros. En este último, que acaba de presentar bajo el título de Fierita cuenta una historia sobre un adolescente transgresor en la marginalidad de Villa Fiorito que sale a delinquir porque no tiene otra salida. El retrato de esta problemática deja datos puros de la realidad que nos acecha a diario.
Mato explica el desastre que el paco ha provocado en la sociedad argentina y elogia el modelo de Uruguay en que el Estado regula el consumo de marihuana, algo que espera que Argentina no tarde mucho en tomar como modelo a seguir. Más allá de su profesión, Omar deja en claro a través de su historia, el lado humanista de un médico que cuenta en primera persona el día a día de las falencias que tiene nuestro sistema.
-¿Cómo estamos como país en términos de salud?
-Muy mal. Peor que antes.
-¿Por qué?
-Hay gran cantidad de abortos sépticos y muchas mujeres mueren por este tipo de abortos. Sigue creciendo la cantidad de tuberculosis y hay una falla en la educación sexual en los jóvenes.
-¿Cómo puede ser que estemos menos informados que antes con el avance de Internet?
-Si. Hace poco en el Chaco le preguntamos a unas chicas en qué parte del período menstrual estaban para que sepan cómo hacer una prevención de los embarazos indeseados y no sabían. Ha aumentado la cantidad de embarazos juveniles.
-¿Qué pasa con los chicos que se drogan con paco?
-A un chico que toma paco durante más de un año el cerebro se le encoge un centímetro. Después no podemos hacer nada con estos chicos. Es muy difícil.
-¿Por qué el paco es destructivo?
– Es como que le estamos tirando margarita a los chanchos, es un concepto terrible. Las cocinas que largan esto están conscientes que es muy tóxico y que destruye el cerebro y así y todo lo largan por un afán de dinero, por una codicia mal entendida. Tiene una secuela biológica que es imborrable y después, no hay marcha atrás. Yo puedo mejorar la nutrición, la tuberculosis la puedo tratar, pero las neuronas destruidas por paco son irrecuperables. La riqueza de un país no es la cantidad de soja, o de cereales, o la cantidad de kilos de carne que podamos producir, o de acero o lo que fuere. La riqueza de un país es el cerebro de sus chicos, de su gente más joven, y si no invertimos en el cerebro de nuestros hijos estamos haciendo una barbaridad. Entonces, un poco el libro es una llamada de atención sobre este hecho.
-¿El paco predomina en las clases más bajas por sobre todas las drogas?
-Sí. Lejos.
-¿Qué pasa con la marihuana?
-Hay mucho mito a través de la marihuana. Justamente acaban de aprobar a la marihuana para el uso medicinal. Se prohibió en el año 1939 en Estados Unidos, hasta ese entonces se la usaba hasta como medicamento, además, la institución que más se quejó por la prohibición de la marihuana en el año 39 fue la Asociación Médica Americana porque se usaba para algunas finalidades terapéuticas claras. También tiene capacidad alucinógena pero pasa que hoy en día la marihuana tiene 400 cannabinoides derivados, de los cuales el que es psicoactivo es el TSH, los demás no tienen capacidad psicoactiva y algunos de ellos tienen efectos terapéuticos.
-¿Qué efecto tiene en el cerebro?
-La adicción a la marihuana es mucho menor que el efecto que produce el alcohol. Ahí hay una distorsión en que la sociedad permite unas cosas y otras no. El alcohol tiene muchas más secuelas sociales que la marihuana. Hay muchos más accidentes por alcoholismo que por ingesta de cannabinoides. En Holanda si te pescan con alcohol te ponen presa, y si te pescan con cannabinoides arriba no te ponen preso.
– ¿Por qué se demonizó la marihuana?
-Por ignorancia. A mí me parece muy interesante lo que está haciendo Uruguay en estos momentos porque estamos cortando el círculo vicioso. El narcotráfico traía la marihuana en forma ilegal y creaba más marginalidad y más corrupción. Hoy en día el negocio lo hace el Estado, regula qué es lo que estás tomando. Realmente la marihuana que se está vendiendo acá es de muy baja calidad, la paraguaya, mezclan cualquier cosa, las concentraciones de TSH son altas o bajas de acuerdo a la partida, gente que no siente nada y gente que se siente realmente alterada por el uso de esta marihuana. Entonces, lo que hicieron en Uruguay es regular la cantidad de TSH que le ponen, vos podés comprar con 1%, 2%, 4%, son concentraciones bajas pero con eso tienen orden social y saben quién consume más y quién consume menos. El día de mañana que haya algún tipo de adicción, el Gobierno va a tener ese dinero, o debería tenerlo reservado, para tratar a las personas que tengan complicaciones por la ingesta de marihuana.
–¿Qué otros problemas ve con la marihuana?
-Tiene otro problema porque la marihuana si se fuma, sobre todo arriba de los 120°, reactiva algunos factores cancerígenos. Entonces un país que peleó como Uruguay para sacarse el tabaco de encima, ahora está permitiendo que haya un elemento cancerígeno. Eso en realidad se podría evitar si se usan vaporizadores y cigarrillos electrónicos. Corresponde que los que estudiaron el tema; los que tienen capacidad científica; y los que tenemos un poquito más de comprensión vayamos esclareciendo estos temas dentro de la sociedad. Uno habla de marihuana pero estoy hablando de 403 compuestos. No estoy hablando de nada. No estamos volcando esos conocimientos.
– ¿Cómo afecta la desnutrición infantil al desarrollo?
-Está comprobado que la falta de proteínas en los primeros años de vida no permite que puedan tener una escolaridad normal. Todas las enfermedades debilitantes como la tuberculosis, también tienen su correlación educativa.