El consumo de cannabis en adolescentes de 13, 14, 16 años es mucho más riesgoso que en otras edades dado que el cerebro se termina de desarrollar, aproximadamente, entre los 23 y 25 años, sobre todo en zonas como la corteza prefrontal, que es la que está implicada en la toma de decisiones, percepción de riesgo. Al respecto el Dr. Diego Sarasola, especialista en Neuropsiquiatría y director del Instituto de Neurociencias Alexander Luria explicó que “los datos científicos son bastante contundentes. Hay una relación muy clara entre el consumo de cannabis recreativo a edades tempranas y cantidades que aumenta el riesgo de cuadros psicóticos. Esto es algo hoy que está totalmente aceptado en la comunidad científica, no así, obviamente, en la amplia distribución social”.
También detalló que lo que se ha logrado con las cruzas genéticas, los bancos de semillas, es que lo que se consuma sea 50 veces más potente que lo que se consumía en la época del movimiento hippie en EE.UU., el Flower Power, la guerra de Vietnam. “Todo lo que se consumía en esa época tenía 0,4 de THC, el tetrahidrocannabinol. Acá el problema es el THC, que es el componente más psicoactivo. No es que en esa época no hiciera mal. Primero que no había estudios prospectivos claros, y segundo, que se necesitaba consumir mucha más cantidad. Hoy lo que se consume en la calle, gracias a estos avances de la genética y esta búsqueda, puede tener 13 o 14% de THC. Es una droga muchísimo más potente. Se logra a menor dosis muchísimo más efecto. Lo cual también es todavía más peligroso”, afirmó Sarasola.