Las “granjas” caseras de cultivo ilegal de marihuana se han incrementado en los últimos años en el Reino Unido. Como consecuencia, en la factura nacional de electricidad se ha generado una pérdida valorada en 70 millones de libras anuales (81,5 millones de euros), según estima el organismo regulador de los mercados de consumo energético, Ofgem, quien alertó a las compañías proveedoras a ejercer un mayor control sobre sus usuarios.
En los últimos tiempo, la policía ha detectado una creciente presencia de la planta del cáñamo en barrios suburbanos que, de acuerdo al informe realizado por Ofgem, concentran casi un tercio del pirateo de electricidad en el país.
El prototipo de una de esas “granjas” cultivaría cinco centenares de plantas de marihuana y tendría encendidas ochenta bombillas durante más de doce horas al día simulando la luz solar. Los agricultores urbanos manipulan el cableado de electricidad o pinchan la fuente de suministro del vecino. Ofgem detecta anualmente 25.000 casos de ese tipo de robo.
La marihuana está catalogada como una droga de “clase B” en el Reino Unido, por lo que su producción y comercio se castiga con penas de cárcel. Pero el hecho de robar la energía eléctrica, la condena es unánime.