El Departamento de Estado estadounidense tiene bajo la lupa las operatorias de su filial en Estonia. Sus acciones han perdido un tercio del valor este año debido a posibles sanciones.
Danske Bank, el banco más grande de Dinamarca, enfrenta una investigación criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos por un escándalo de lavado de dinero por 230.000 millones de dólares que involucra a su filial en Estonia, lo que forzó a su presidente ejecutivo a renunciar y levantó temores entre los inversores.
Las acciones en Danske Bank han perdido un tercio de su valor este año debido a los temores a la investigación debido a la posibilidad de sanciones importantes, como multas o la exclusión de fondos en dólares.
El prestamista dijo el jueves que “recibió solicitudes de información del Departamento de Justicia de Estados Unidos en relación a una investigación criminal vinculada con la filial del banco en Estonia”.
Danske Bank, que esta semana nombró a Jesper Nielsen como presidente ejecutivo interino para manejar la crisis en el corto plazo luego de la renuncia el mes pasado de Thomas Borgen, dijo que estaba cooperando con las autoridades de Estados Unidos.
Las acciones en Danske Bank caían un 4,6 por ciento, a 158,70 coronas danesas, su nivel más bajo desde enero de 2015. Acumulan un descenso de 33 por ciento en lo que va del año, mientras sus inversores y clientes asimilaban la investigación en Estados Unidos y la decisión del banco de frenar un programa de recompra de acciones para reforzar su capital.
El alcalde de Copenhague, Frank Jensen, dijo que la capital danesa está tratando de poner fin a su cooperación con el Danske Bank como resultado del escándalo.
Los accionistas han estado preocupados durante meses por la posibilidad de que las autoridades estadounidenses investiguen si Danske Bank violó las leyes del país al permitir pagos a través de su filial en Estonia ante la posibilidad de sanciones importantes.
El banco francés BNP Paribas alcanzó en 2015 un acuerdo récord de 8.900 millones de dólares con las autoridades de Estados Unidos para resolver las denuncias de que violó las sanciones contra Sudán, Cuba e Irán.
Muchas de las cuentas de no residentes en la filial del banco en Estonia están en manos de entidades o individuos de Rusia, un país que es objeto de sanciones de Estados Unidos.