El desperdicio de alimentos es responsable de la generación de 193 millones de toneladas de gases de efecto invernadero en América del Norte, una cifra que descontrola las emisiones.
El desperdicio de alimentos es responsable de la generación de 193 millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI) en América del Norte, una cifra que descontrola las emisiones de la región, desveló este jueves el estudio “Por qué y cómo cuantificar la pérdida y el desperdicio de alimentos”. La cifra de estas emisiones de metano y dióxido de carbono (CO2), entre otros gases, equivalen a lo que se generaría si se encendieran 41 millones de automóviles las 24 horas del día por un lapso de un año, explica a la agencia Efe Gabriela Sánchez, líder del estudio realizado por la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA).
La también líder del proyecto “Crecimiento Verde” precisó que en Norteamérica se desperdician cada año 167 millones de toneladas de alimentos. De esta cantidad ingente, a México le corresponden 28 millones de toneladas; a Canadá, 13 millones y, bastante alejado de ellos, con 126 millones de toneladas de comida desechada, se ubica Estados Unidos. El informe puntualiza que un mexicano al año desperdicia 249 kilogramos de alimentos, un canadiense 396, y un estadounidense 415.
Uno de los diversos impactos económicos y ambientales de esta realidad es que el tratamiento de los residuos alimenticios tiene un coste en Norteamérica de algo más de 1.900 millones de dólares (unos 1.680 millones de euros).
Los gastos económicos son gigantescos para cada nación. La experta ejemplificó que Norteamérica en su conjunto -Canadá, Estados Unidos y México- pierde 278.000 millones de dólares (245.000 millones de euros) por desperdicio de alimentos considerando el valor de estos insumos en el mercado. No obstante, apuntó que se debe afinar la manera de medición de estas cantidades, ya que cada país lo realiza de forma diferente. Añadió que este documento, más que ser una guía de recomendaciones, busca encontrar un método de medición adecuado para toda la región.
Un método que permita aplicar un mayor conocimiento de la cadena de alimentos y que entienda las distintas fases de esta para saber dónde está fallando el manejo de comida. A esto se le suma la necesidad de un despertar de conciencia social por parte de la gente para conseguir un consumo responsable, que incluya solo aquello que se requiere y que reduzca o haga desaparecer el desperdicio de alimentos en los hogares
“Algo tenemos que hacer, ya que los factores ambientales, económicos y sociales están concatenados. Debemos saber ser sustentables, ahorrar dinero, reutilizar el alimento, disminuir los gases de efecto invernadero, dar oportunidad de alimentarse a la población vulnerable, entre muchas variables que atañen al sector”, abundó Sánchez.
Según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), los residuos de comida generados en el mundo producen más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta.
Por su parte, Gustavo Berlanga, director de Responsabilidad Social de la cadena de restaurantes Toks, quien patrocina el estudio, indicó a la agencia Efe que este trabajo busca ayudar a empresas, gobiernos y comunidades a optimizar su inversión económica en alimentos y que estos se distribuyan de forma eficiente y sustentable.
La CCA indicó que en el mundo se desperdicia el 35% de la comida que se produce y que este porcentaje podrían alimentar a los más de 815 millones de personas que padecen de hambre en el planeta. A finales del 2018, el Banco Mundial dio a conocer el estudio “Pérdidas y Desperdicios Alimentarios en México”, según el cual se desperdicia el 34 % de los alimentos que se producen en el país, basándose en el análisis de la cadena de siembra-compra y en el uso de 79 alimentos. Dicho trabajo detalló que la producción de alimentos desperdiciados utilizaron más de 40 billones de litros de agua dulce, el equivalente al agua usada por los mexicanos en 2,4 años.