A lo largo de la historia, Alemania ha acumulado innumerables proyectos inconclusos, ideas que no han llegado a realizarse y, lo más preocupante, pérdidas de millones de euros. Uno de los ejemplos más relevantes es el aeropuerto de Berlín, que se inaugurará con casi diez años de retraso y 2.500 millones de euros extra.
Un informe publicado por la Federación del Contribuyente alemán, titulado “El despilfarro público”, enumera casos de proyectos que no han llegado a destino y detalla cuánto dinero se ha malgastados y derrochado en sostenerlos.
La ambición desmedida, la confianza en una logística que no siempre funciona y la falta de visión a la hora de anular un proyecto en su fase inicial, son los errores más comunes que se cometen en el país a la hora de idear un emprendimiento.
Todos los años, la Federación del Contribuyente alemán muestra cómo se pierden en la nada miles de millones de euros provenientes del contribuyente. Por tal motivo, la entidad ha llamado a concienciar a los ciudadanos y a los políticos sobre “un uso mejor y más eficiente de los recursos pùblicos”.
La lista del llamado “libro negro” es larga y, en algunos casos, discutible. Como, por ejemplo, la creación de dos puentes para murciélagos que busca mantener el ecosistema de un bosque atravesado por la carretera. Ambos puentes, levantados en Biberach (Baden-Wurtemberg, suroeste de Alemania) no pueden ser utilizados por viandantes a pesar de que su coste supera los 435.000 euros.
La nueva sede de los servicios de inteligencia alemanes en Berlín, que está en construcción desde 2006 y que, sin haber concluido las obras, vio crecer su presupuesto desde los 720 millones iniciales a 1.457 millones, es una de las obras inconclusas que más bronca genera entre los ciudadanos.
Otro de los gastos destacados proviene de una fiesta de la CDU en el Estado federado del Sarre para celebrar los cincuenta años de la ministra presidenta de este Land, Annegret Kramp-Karrenbauer. Por otro lado, el proyecto “Euro Hawk”, del ministro alemán de Defensa, propone una compra de drones a Estados Unidos que quedó interrumpida en mayo tras revelarse que no obtendrían licencia para sobrevolar espacio europeo, cuando ya se habían invertido 500 millones de euros.
El portavoz socialdemócrata de Defensa, Rainer Arnold, ha dicho que “el ministro debe explicar las contradicciones ante la comisión. Pero estoy firmemente convencido de que estas contradicciones ya no se pueden aclarar”. De Maizière argumentó que no fue debidamente informado por sus asesores sobre los problemas en el proyecto de adquisición de drones.
El nuevo aeropuerto de Berlín es una de las obras de infraestructura más ambiciosas de Alemania. Se trata de una terminal estilo Bauhaus de seis plantas y una fachada acristalada de 33.000 metros cuadrados, diez mil plazas de aparcamiento, 150 tiendas, restaurantes y servicios en una superficie de más de 20.000 metros cuadrados. Sin embargo, la obra ha consumido ya el doble de lo presupuestado, hasta 5.000 millones de euros.