El detrás de escena de Los Ángeles: cifra récord de personas sin techo

Detrás de la opulencia de las mansiones de Beverly Hills, la capital mundial del cine esconde la crisis social de las personas en situación de calle, una cifra que aumentó 23 por ciento en un año y que afecta especialmente a afroamericanos y latinos.

Los Ángeles es reconocida mundialmente por ser la capital del cine, las mansiones de Beverly Hills, los premios Oscar y las playas de Santa Mónica, pero detrás de esa escenografía hollywoodense se esconde la realidad: en el condado, el más poblado de Estados Unidos, hay 57.794 personas que pasan las noches en albergues, carpas, autos o en la calle, una cifra que aumentó 23 por ciento en un año y que afecta especialmente a afroamericanos y latinos.
De acuerdo a datos revelados recientemente por la Autoridad de Servicios para Desamparados (Lahsa por sus siglas en inglés), en todo el condado, que agrupa 88 localidades, hay 57.794 personas sin techo estable, el número más alto desde que en 2007 comenzó a sistematizarse un censo anual sobre la situación.
Del total, 34.189 duermen al desamparo en la ciudad, número que representa un incremento del 20 por ciento respecto al 2016. Unas 21.921 personas (el 40%) son afroamericanas y 19.391 son latinas (el 35%), las etnias más golpeadas por la crisis social que afecta también a 5.021 menores de 18 años (9%) y 4.476 veteranos de guerra (8%).
“Los datos son serios pero no son una sorpresa. Hemos visto un aumento diario en el número de personas en las calles, que viven en carpas o que buscan refugio”, explicó a Télam el reverendo Andy Bales, a cargo de Union Rescue Mission, una organización que desde 1891 ayuda a aquellos que no tienen hogar.
Por su parte, Bill Bedrossian, quien dirige otra ONG llamada Covenant House of California, manifestó que si bien “es indudable que hubo un marcado aumento de personas sin hogar”, la cifra arrojada por el reciente censo responde a un cambio de metodología sobre quien es considerado que está en situación de calle.
“La buena noticia es que las nuevas metodologías son mucho más eficaces, y creo que las cifras que se discuten son cada vez más representativas de la cuestión de lo que ocurrió en el pasado”, añadió entrevistado por esta agencia.
Ambas asociaciones trabajan junto a otras en Skid Row, un área de la ciudad de Los Ángeles que cuenta con la mayor concentración de indigentes de Estados Unidos y ubicada a pocos kilómetros de la riqueza que concentra Beverly Hills. Ese contraste es el reflejo de la desigualdad en la capital mundial del entretenimiento que exhibe el Paseo de la Fama y sus fastuosas mansiones y esconde su pobreza.
No hay alfombra roja para los que duermen en bancos públicos o en pequeñas carpas amontonadas unas a otras en la calle, para quienes arrastran sus pocas pertenencias en un carrito de supermercado ni para aquellos que con un cartel escrito en un pedazo de cartón piden limosna para comer.
Las razones que llevaron a esta “epidemia de personas sin hogar”, como lo definió Bales, son enumeradas por el mismo activista: “Al desempleo, abuso doméstico, problemas de salud mental y adicciones hay que añadirle un aumento del 30% en los alquileres, y una disminución del 3% en los salarios de los inquilinos”.
En Los Ángeles no existe el “derecho a un refugio”, algo que sí se consiguió a través de una lucha legal en la ciudad de Nueva York y que obliga a las autoridades a proveer un albergue a aquellos que están sin hogar “por razones de disfunción física, mental o social”. Pero la localidad californiana sí declaró en 2015 el “estado de emergencia” y solicitó fondos de emergencia para reducir la crisis.
Intentando ver el vaso medio lleno, el condado de Los Àngeles aprobó recientemente la llamada “medida H” que reserva unos 355 millones de dólares anuales en la próxima década en programas e infraestructura para reducir la cantidad de personas en situación de calles, y la ciudad homónima votó un programa similar que destina unos 138 millones de dólares extra.
“En mi opinión, también necesitamos toda la ayuda para responder a la emergencia sanitaria para los 40.000 más de personas que sufren en las calles; tiendas semipermanentes para gestión de casos, apertura de los hospitales cerrados, atención médica y de salud mental, baños y duchas, programas de alimentación y seguridad”, enumeró Bales.