El economista Andrés Asiain destacó que la moneda de un país tiene un solo respaldo: la aceptación social, y no otra divisa, como podría ser el dólar. “Detrás del dólar, no hay nada”, destacó en la 99.9.
A menudo se cree que la moneda debe tener un respaldo cierto, y no importa demasiado en qué se apoye mientras resulte algo seguro para la gente. Esta teoría fue refutada por el economista Andrés Asiain que, en el aire de la 99.9, explicó en qué se basan sus argumentos: “al dinero lo tocamos todos los días, pero nadie entiende cómo funciona. Es un gran debate, pero el dinero es una institución social. En algún momento fueron la sal o el cuero; en la cárcel, a veces son los cigarrillos. Siempre, a algo le damos el valor. El dinero no es más que un poder de compra concentrado, hace que cualquiera lo acepte y entregue sus cosas a cambio. En una sociedad de mercado, donde casi todo se compra y vende, tener dinero es tener poder”.
Algunas cuestiones históricos son fundamentales al momento de entender los movimientos políticos que se dan en torno a esa confianza sobre lo que hay detrás de la moneda. En este sentido, el economista destacó que “históricamente, para que se acepte el papel moneda, se lo declara convertible a algo que la gente está acostumbrada a utilizar; básicamente, el oro y la plata. Ahí nace la primera idea de respaldo. En Argentina, después de la hiperinflación, la convertibilidad buscó, en el respaldo del 1 a 1 con el dólar, la posibilidad de volver a hacer aceptable la moneda que los argentinos ya habían sustituido prácticamente por el dólar”. Luego abundó: “con esta idea de cómo se genera históricamente la aceptación de la moneda, el único respaldo que debe tener la moneda es la aceptación social. Pasa cuando hay un poder muy grande. Por ejemplo, en las grandes estancias, el estanciero emite dinero y paga con vales para comprar en los locales donde él es dueño. En un Estado nacional, el único respaldo para la moneda legalmente en circulación está en las divisas; eso es una herencia de la convertibilidad”.
Allí es donde la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central fue vital, ya que “desde ese momento dejó de existir la pretensión de que el peso tenga respaldo en alguna otra moneda. El dinero es mucho más que lo que emite el Estado; los bancos hacen lo suyo con el crédito. En 2001 se demostró que es una utopía que detrás de cada peso emitido deba haber un dólar”.
Por otro lado, Asiain destacó que “la separación entre la política monetaria interna y la cantidad de dólares que tengas, es un paso fundamental para ganar soberanía monetaria y hacer políticas económicas”. Y refiriéndose al dólar y su uso en el país, señaló: “atrás del dólar no hay nada, es un papelito pintado. Por eso resulta importante cuidarlo, porque sirve para comprar productos en el extranjero que no se fabrican en Argentina. Guardar el dólar en un colchón es un desperdicio. En los últimos 5 años se fugaron unos 60.000 millones de dólares, son 3 o 4 cosechas enteras de soja, trigo y maíz. Es un retroceso”.