El incidente coincide con la llegada al poder del centrista Yair Lapid como primer ministro hasta que se celebren las elecciones anticipadas de noviembre.
El Ejército israelí derribó el sábado por la tarde tres drones del grupo chií libanés Hezbolá, cuando se estaban acercando a la reserva de gas de Karish, ubicada en la costa mediterránea de Israel. El estreno de Yair Lapid como primer ministro –cargo que ejercerá interinamente hasta las elecciones de noviembre-, arrancó con un incidente que podría desembocar en una escalada con la milicia proiraní.
Los detractores del político centrista le achacan su escasa experiencia militar, y desde la prensa oficial en Teherán alegan que Israel está en un periodo de “debilidad” por su crisis política interna. En las últimas semanas se elevó la tensión en aguas mediterráneas, tras la llegada de una embarcación israelí a la reserva de gas, que se encuentra ubicada en una zona disputada en la frontera marítima entre el Líbano e Israel.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) difundieron videos de los derribos de los tres drones de Hezbolá, que según la organización libanesa “lograron cumplir con su objetivo”. Los artefactos fueron enviados para una misión de reconocimiento, y no iban cargados con explosivos. Uno de los drones fue neutralizado por un caza de combate F16, mientras que los otros dos fueron impactados con misiles Barak 8 lanzados desde un buque de la marina. De este modo, se produjo la primera intercepción de un dron gracias a misiles disparados desde una embarcación de las FDI.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, amenazó recientemente a Israel por sus planes de extraer gas de la disputada reserva. El jefe de la milicia chiita -el grupo armado más poderoso del Líbano- alertó que su organización es capaz de detener la actividad israelí por la fuerza.
No obstante, la inteligencia militar hebrea afirmó que conocía los planes de Hezbolá de antemano, cuya operación fue concebida como un intento de mandar un mensaje a Israel. “Creían que nos agarrarían desprevenidos, pero nuestros sistemas de alerta aérea y naval están preparados para proteger nuestros recursos”, afirmó el portavoz militar Ran Kochav.
Kochav consideró que la milicia chiita sufrió un “considerable retroceso operacional” con el derribo de sus drones, que no lograron penetrar el espacio aéreo soberano israelí. Los aparatos fueron identificados desde un primer momento y monitoreados por unidades de control aéreas.
Disputa por los límites marítimos
Israel y el Líbano han negociado durante los últimos dos años bajo supervisión de EE UU un acuerdo para esclarecer el límite marítimo, aunque el Estado judío alega que Karish se encuentra bajo su zona económica exclusiva. Cada parte reclama unos 860 kilómetros cuadrados de superficie dentro de sus fronteras. Desde principio de los años 2000, el Estado judío descubrió importantes reservas de gas frente a sus costas, especialmente frente a la bahía de la ciudad de Haifa.
En su discurso de toma de posesión, Yair Lapid dedicó un capítulo especial a su archienemigo iraní y sus aliados regionales. “Creo que la amenaza iraní es el mayor reto que afronta Israel. Haremos lo necesario para prevenir que Irán logre capacidades nucleares, o que se establezca en nuestras fronteras”. Y prosiguió: “advierto a aquellos que pretendan liquidarnos, desde Gaza a Teherán, o desde las costas de Líbano a Siria: no nos pongan a prueba. Israel sabe cómo utilizar su fuerza contra cada amenaza, contra cada enemigo”.
Para el ministro de Defensa Benny Gantz, “la organización terrorista Hezbolá daña la habilidad del Líbano para lograr un acuerdo sobre la frontera marítima, que es esencial para la economía de sus ciudadanos”.
Israel y Líbano no tienen relaciones diplomáticas y se consideran Estados enemigos mutuamente. Técnicamente, están en estado de guerra. Pese a ello, la Casa Blanca informó el mes pasado que oficiales de ambos bandos se reunieron y se produjeron progresos respecto a una posible resolución de la disputa. En los próximos días, el presidente norteamericano Joe Biden aterrizará en Tel Aviv, y esta será una de las cuestiones prioritarias en su agenda.
Las FDI estiman que Hezbolá dispone de un arsenal de unos 150.000 misiles que pueden golpear todo el territorio israelí. El mes pasado, la armada hebrea realizó un ejercicio a gran escala en Chipre, simulando una invasión en el Líbano para combatir contra la milicia chií proiraní.