Tony Wyss-Coray, del Instituto de Neurociencia de Stanford, cree que se podrá reducir el riesgo de alzhéimer asociado a la edad.
En una investigación publicada en la revista «Nature Medicine» en 2014, Tony Wyss-Coray sugería que la fuente de la juventud no hay que buscarla fuera, sino en nuestro interior. Su investigación con ratones apunta a que algún factor de la sangre joven es capaz de revertir el envejecimiento. Y viceversa, la sangre procedente de ratones viejos perjudica a los más jóvenes.
¿Tiene nuevos datos al respecto?
Seguimos trabajando en tratar de entender cómo la sangre joven, y en concreto la fracción soluble de la misma, llamada plasma, es beneficiosa para el cerebro envejecido. Mientras tanto, nuestra investigación continúa para demostrar no sólo que el plasma de ratones jóvenes es bueno para los cerebros de los ratones más viejos, sino también que el plasma humano joven puede mejorar la función cognitiva en los ratones viejos. Si esto se puede traducir a los seres humanos, se podría decir que la fuente de la juventud puede estar dentro de nosotros, y que se seca a medida que envejecemos.
¿Puede adelantar algún resultado de su ensayo clínico con sangre de personas jóvenes en pacientes con enfermedad de Alzheimer?
Por desgracia no tengo ninguna información sobre el ensayo clínico, ya que todavía está en curso y yo no estoy viendo a esos pacientes. El primer objetivo del ensayo es demostrar que la administración de plasma joven en pacientes con alzhéimer es segura. Nuestra esperanza es que algunos muestren señales de mejoría en las actividades cotidianas, como abrocharse los botones de la camisa, o en su actividad cerebral. La compañía biotecnológica que hemos fundado, Alkahest, trabaja en estrecha colaboración con Grifols, nuestro socio, para planificar estudios sobre el plasma sanguíneo. En consonancia con la idea de Alkahest de que los productos del plasma pueden ser beneficiosos para la Enfermedad de Alzheimer, Grifols ha puesto en marcha el estudio Ambar para tratar de estabilizar la enfermedad de alzhéimer.
¿Se podrá detener el deterioro del cerebro asociado al envejecimiento?
No creo que seamos capaces de detenerlo en su totalidad, pero podremos retrasarlo posiblemente hasta un grado en el que la enfermedad de Alzheimer será mucho menos probable.
Hablamos de edad biológica y edad cronológica. ¿Esto tiene una base científica?
No todos envejecemos a la misma velocidad. A esto le llamamos la edad biológica. Medirla es complicado. Científicamente se hace en función de los cambios en diversas moléculas del organismo. O mediante alguna función que cambia con la edad, como la memoria, la velocidad al caminar, o la fuerza de un apretón de manos, por ejemplo, y luego se intenta encontrar moléculas que correlacionen con estas funciones. Así podemos encontrar proteínas en el plasma que se correlacionen bien con la memoria, y en cierto modo, estas proteínas son un indicador del envejecimiento biológico del cerebro.
¿Hay diferencia en la sangre o el cerebro de las personas centenarias?
Este es un interrogante que está siendo investigado por muchos científicos. En este momento, no se sabe muy bien lo que hace que los centenarios vivan, pero parece ser una combinación de la genética, la interacción social, la dieta y la actividad física. Creemos que hay factores en el plasma que pueden afectar a la longevidad y que los centenarios tienen una mejor combinación de estos factores que las personas que mueren más jóvenes.
¿En qué está trabajando ahora?
Estamos muy interesados en encontrar los factores del plasma responsables de la «fuente de la juventud», ese efecto que hemos observado en los ratones y queremos tratar de entender cómo funciona.