La vida de Helen Bailey cambió completamente tras la muerte de su esposo en 2011.
Abrumada por la soledad, la escritora británica buscó consuelo a través de internet, escribiendo un exitoso blog y comunicándose con otros que lidiaban con el duelo.
Fue así que conoció al hombre que pensó sería su compañero de vida.
Pero, en vez, terminó siendo su asesino.
Hace seis años Bailey disfrutaba del éxito como escritora de cuentos infantiles, con más de 20 obras en su haber, incluyendo la popular serie Electra Brown.
Amante de la cocina, del equipo de fútbol inglés Arsenal y de su perro salchicha Boris, la autora nacida en Northumberland, en la frontera con Escocia, vivía con su esposo John Sinfield en Highgate, norte de Londres.
La pareja había estado junta por 22 años y llevaba 15 años casada.
El mundo de Bailey se dio vuelta en febrero de 2011, durante unas vacaciones en Barbados, cuando Sinfield quedó atrapado en una corriente de mar y murió ahogado.
Como ella misma lo describió, pasó de ser “una esposa a la hora del desayuno a una viuda para el almuerzo”.
Durante el luto comenzó un blog llamado Planet Grief (Planeta Duelo). Sus publicaciones estaban llenas de astucia, humor y autenticidad mientras relataba momentos de su vida como viuda.
Describió cuando lanzaron globos en el parque durante el funeral; cuando compró un solo huevo a la escocesa en la fiambrería que solía frecuentar con su marido; cómo lidió con la Navidad y la pérdida de las tradiciones navideñas que solía disfrutar en pareja.
Y describió cómo conoció a Ian Stewart.
Un “viudo espléndido de pelo gris”
“Me puse a husmear una página de Facebook sobre el duelo”, describió Bailey en una publicación del blog. “Entonces aparece una foto. Me sorprende verla porque conozco al hombre en la imagen”.
“Me sigo preguntando dónde nos hemos encontrado, escarbando en mi cerebro en luto”.
“Al final resultó ser que nunca nos habíamos conocido, pero el hombre era un Viudo Espléndido de Pelo Gris“, escribió, motivo por el cual empezó a llamarlo en su blog con las iniciales en inglés GGHW.
“Desde el primer encuentro sentí como si lo hubiera conocido toda mi vida”.
Bailey empezó a salir con GGHW y luego compraron una casa juntos en Royston, en el condado de Hertfordshire, en el sureste de Inglaterra, donde se mudaron junto con los dos hijos de él.
Planeaban casarse y estaban organizando la boda cuando en abril del año pasado se la reportó como desaparecida, una ausencia que según sus amigos y familiares era completamente atípica.
En una fosa
Stewart llamó a la policía, diciendo que había encontrado una nota de Bailey en la que afirmaba que necesitaba “espacio” y que se había ido a su casa de vacaciones en Broadstairs, condado de Kent.
Luego publicó un sentido mensaje en el que afirmaba: “No solo reparaste mi corazón hace cinco años sino que lo hiciste más grande, fuerte y amable”.
“Ahora se siente como si mi corazón no existiera. Nuestros planes no están ni cerca de estar completos pero sin ti no tienen sentido”.
Stewart también envió mensajes de texto al teléfono de su pareja pidiéndole que le diga si estaba bien, rogándole que lo llame.
Amigos y paseadores de perros como ella organizaron búsquedas y muchos le enviaron mensajes por teléfono y a través de las redes sociales.
Pero durante todo ese tiempo su cuerpo -y el de su adorado perro Boris- estaban escondidos a metros de donde investigaba la policía.
Cuando fue hallada en una fosa séptica debajo de la casa, tres meses más tarde, las pruebas mostraron que había sido drogada durante un período de tiempo antes de ser asfixiada.
¿Quién era Stewart?
Stewart, a quienes muchos describen como “callado” y “reservado”, había quedado viudo en 2010 cuando su esposa Diane falleció como consecuencia de un ataque epiléptico en el jardín de su casa en Cambridgeshire, sureste de Inglaterra.
El hombre de 56 años había sido ingeniero en sistemas antes de verse forzado a dejar de trabajar debido a problemas de salud.
Sufría de insomnio y los médicos le recetaron una droga llamada zopiclone, la misma que luego sería hallada en el cuerpo de Bailey.
Mavis Drake, vecina de la pareja en Roylston, señaló que Stewart era un hombre “sin mucha personalidad”.
“No me causó impresión alguna”, afirmó. “No era muy comunicativo y había que sacarle cualquier información a la fuerza”.
“Nunca en un millón de años los hubiera juntado como pareja. Para mí tenían personalidades completamente opuestas”, opinó.
Durante el juicio por asesinato, la Corte de St. Albans escuchó evidencias sobre el comportamiento de Stewart en las semanas posteriores al homicidio.
El 11 de abril, el día en que asfixió a Bailey, fue a ver a su hijo Jamie, jugó a los bolos y luego cenó comida china.
Los investigadores del caso le dijeron al jurado que en los interrogatorios Stewart parecía “no tener interés”.
Además, mientras la búsqueda de su pareja estaba aún en proceso, Stewart renovó los boletos de temporada de Arsenal y se fue de vacaciones a Mallorca, todo usando la cuenta conjunta de ambos.
Como el principal heredero de Bailey, se estima que podría cobrar una fortuna de más de US$4 millones tras su muerte.
“Ahora vemos que estaba empezando a creer que todo seguiría normalmente y que ella no sería hallada”, dijo la vecina Mavis Drake.
De hecho, fue un comentario de la propia Drake que llevó al arresto de Stewart, luego de que contara que sus vecinos tenían una fosa séptica escondida debajo de su garaje.
Tres meses después de la desaparición, Stewart fue acusado de su homicidio y se lo condenó este miércoles tras un juicio de siete semanas.
“Es horroroso”
“Decir que generó un shock en la comunidad de viudos es minimizarlo”, dijo Laraine Mason, quien al igual que Stewart también conoció a Bailey online después de la muerte de su marido.
“Que esto le haya pasado a una señora que había vuelto a encontrar la felicidad después de haber enviudado de manera tan trágica es horroroso”.
“Las palabras no alcanzan para expresar el horror y la repugnancia que sentimos por el hecho de que estos actos fueron cometidos por uno de los nuestros contra otro de los nuestros”.
Los comentarios escritos por amigos en el blog Planet Grief tras la muerte de Bailey muestran cuán querida y respetada era dentro de esa comunidad.
Muchos mencionan cómo sus palabras los reconfortaron a través de los años, cuánto iban a extrañar su honestidad y su humor.
El blog se había hecho muy popular y tenía seguidores en todo el mundo. En 2015, las publicaciones fueron la base del libro “Cuando cosas malas ocurren en buenos bikinis”.
En el funeral de Bailey Mason habló sobre el “talento excepcional” de su amiga.
La consejera en duelos Shelley Whitehead, quien conoció a Bailey unos meses después de la muerte de Sinfield, la llamó “una mujer valiente, conectada y muy graciosa”.
“Helen creaba tribus, tenía seguidores en los sitios de duelo”, contó. “La ayudó y ayudó a otros que habían sufrido pérdidas”.
“Estaba encontrando el sentido del mundo y de su pérdida a través de la escritura”.
“Helen sigue viviendo a través de sus libros”, dijo Whitehead. “Guardo copias de su libro sobre el duelo y se lo doy a personas que quedan viudas”.
No obstante, ahora que se sabe cómo terminó la vida de la autora, se hace particularmente difícil leer las dedicatorias al final de su obra.
“Y por último le dedico este libro a mi Viudo Espléndido de Pelo Gris, Ian Stewart: te amo”, escribió.
“Eres mi final feliz”.