El escándalo de Madoff ahora sigue al Banco Santander

El mundo registra avances críticos en la materia y crece la expectativa de vida.

Bernard-MadoffLos fantasmas del escándalo de Madoff, que estalló hace seis años, vuelven para perseguir al Banco Santander, uno de los bancos más grandes del mundo.
En una investigación que abarca todo el mundo y parte desde el Lipstick Building de Manhattan —donde Bernard Madoff orquestó la mayor pirámide Ponzi de la historia—, los ojos ahora están puestos en un fiscal de Suiza.
Una pesquisa de cinco años encabezada por Marc Tappolet de la oficina de fiscales federales en Ginebra está a punto de concluir. Se sacaron a la luz asuntos que Santander —banco conducido por Ana Botín desde la muerte de su padre en septiembre— esperaba que quedaran en el olvido.
Uno de esos temas es si una unidad de Santander sabía o sospechaba sobre la pirámide de u$s 65.000 millones que había armado Madoff, y si sacaba provecho con eso en detrimento de sus clientes.
Central para la investigación es Manuel Echeverría, que tuvo un poderoso doble rol conectando al Santander y a los Botín con Madoff. Su principal función era como gerente de Optimal Investment Services, ex unidad de gestión de hedge funds de Santander que canalizaba el dinero de los clientes hacia el fondo de Madoff.
Pero Echeverría, de 54 años, también era hombre de confianza de los miembros de la familia de Ana Botín. Con su ayuda, una firma boutique conducida conjuntamente con su esposo Guillermo Morenés y su hermano Javier también invertía con Madoff. Echeverría es uno de los administradores de riqueza más senior en el mundo que enfrenta cargos penales por el escándalo Madoff.
Entre los testigos con quien habló Tappolet durante la etapa de reunión de pruebas fue Emilio Botín mismo, según documentos verificados por Financial Times. Ana Botín no fue interrogada, pero evidencia documental del caso muestra que el febrero de 2008, ella recibió un email de Echeverría agradeciéndole su apoyo en una discusión gerencial sobre Madoff.
Hay mucho en juego. Optimal perdió 2.300 millones de euros de fondos de clientes, admitió el banco, si bien Botín hija recalcó: “Somos el primer banco, en enero de 2009, en decir que indemnizaremos con unos 500 millones de euros, pese a que no teníamos obligación de hacerlo.” Más del 90% de los inversores aceptaron la oferta”.
Más tarde ese año, Optimal también firmó un arreglo norteamericano con el síndico por u$s 235 millones por la liquidación de la firma de inversiones de Madoff, basado en el entendimiento de que Optimal no tenía conocimiento del esquema Ponzi.
Pero esos primeros esfuerzos para impulsar un enfoque proactivo hacia el escándalo podría todavía fracasar. Si nueva información sale a la luz por medio de investigaciones de Tappolet —que encontró suficiente evidencia para acusar a Echeverría de enriquecimiento ilícito y mala gestión delictiva— el arreglo cerrado en Estados Unidos podría correr riesgo. La causa no prescribe.
El arreglo por u$s 235 millones era el 85% de lo que el síndico reclamaba a Santander en ese entonces; si se anula el acuerdo original, entre las consecuencias podría haber una suma adicional de u$s 40 millones u otras sanciones.
Mientras tanto, algunos inversores se quejan de que después del derrumbe de la pirámide Ponzi, Santander también sacó ganancias al recuperar finalmente más del esquema de Madoff de lo que pagó a los inversores como indemnización.
Hace casi exactamente seis años, el mundo empezó a comprender la enormidad de la pirámide Ponzi que había armado Madoff. Según un ex presidente del Nasdaq, la firma de inversiones de Madoff prometía retornos que atraían a los hedge funds, organizaciones benéficas e individuos ricos con una estrategia comercial que era altamente reservada. De hecho, había armado un clásico esquema piramidal en el que el dinero de los inversores nuevos se usaba para pagarle a los viejos. Madoff, de 76 años, cumple ahora una pena de 150 años de prisión. Uno de sus hijos, Mark, se suicidó en 2010 mientras que el otro, Andrew, murió de cáncer a principios de este año. Ambos habían sido operadores en la firma de su padre.
Santander de ninguna manera fue la única institución financiera de gran escala en quedar atrapada en el escándalo: JPMorgan Chase, uno de los principales bancos de Madoff, en enero pagó u$s 2.600 millones a las autoridades norteamericanas para evitar cualquier tipo de acusación.
La investigación de Tappolet se centró en las vinculaciones entre el escándalo y los individuos y entidades con casa matriz en Suiza. Se espera que dé los toques finales a una acusación contra Echeverría en unos días, dijeron al FT allegados a la pesquisa.
Durante años, Optimal ganaba altas comisiones otorgándole a sus clientes acceso al fondo de Madoff aparentemente tan excepcional. Echeverría primero empezó con un fondo que invertía en la firma de Madoff en 1997.
En 2009 Tappolet acusó a Echeverría de mala administración delictiva de los fondos de sus clientes. Conforme a la ley penal suiza, un sospechoso es primero acusado y luego se presenta una formulación de cargos más extensa antes de un potencial juicio.
El borrador de los cargos en septiembre acusa a Echeverría de “mala administración delictiva” y “enriquecimiento ilícito”.
El fiscal asegura en el documento que Echeverría incumplió con sus deberes fiduciarios al afirmar a los inversores de Optimal que la firma había investigado en detalle a sus contrapartes en las operaciones, que todas ellas tenían calificaciones crediticias adecuadas; pero en realidad no había hecho ningún due diligence de esas contrapartes, que terminaron siendo ficticias.
Saverio Lembo, abogado de Echeverría en Suiza, afirmó: “Mi cliente está decidido a demostrar su inocencia en el tribunal. Confiamos en que los jueces del caso llegarán a la conclusión de que Manuel Echeverría fue sólo una víctima de Madoff, y que nunca contempló la existencia de tan sofisticado fraude”.
Entre la vasta serie de evidencias que consideró Tappolet está la correspondencia que ya es de público conocimiento y material que obtuvo directamente.
Llegó a la conclusión de que Emilio Botín no acercó información significativa a sus investigaciones porque recordaba poco, según el borrador de la acusación. Pero se consiguieron pruebas a partir de documentos internos de Santander, en particular emails y faxes vinculados a Echeverría y otros ex empleados.
Irving Picard, el síndico neoyorquino de la quiebra de Bernard L Madoff Investment Securities, o BLMIS, hasta ahora recuperó u$s 10.300 millones de los u$s 17.500 millones perdidos por el fraude de Madoff.
El acuerdo de Picard por u$s 235 millones con Optimal cerrado en 2009 se basa en la conclusión de que Optimal no estaba implicado ni tenía conocimiento de la estafa de Madoff. Sin embargo, los documentos del arreglo señalan que si surge nueva información que “materialmente afecta” esa conclusión, el acuerdo puede anularse.
Picard presentó documentación en 2010 contra Morenés & Botín Capital Advisers (con sede en Madrid) que con la ayuda de Echeverría invirtió el dinero de sus clientes en el fondo de Madoff. Detrás de M&B estaban dos miembros clave de la familia Botín: Guillermo Morenés, el esposo de Ana Botín, y Javier Botín, su hermano y miembro del directorio de Santander. Ese juicio, que alega mala conducta por parte del fondo, sigue su curso.
En este complejo caso, cualquier evidencia nueva que descubre Tappolet genera dudas sobre el escándalo Madoff y espanta al banco más grande de España.