El ex general conocido en EEUU como el hombre que cambió el curso de la guerra en Irak, se declaró culpable ante un tribunal de Carolina del Norte para evitar un juicio.
El ex director de la CIA David Petraeus fue condenado este jueves a dos años de libertad condicional y a una multa de 100.000 dólares por haber dado a conocer documentos ultrasecretos a su biógrafa y amante, informó la justicia estadounidense.
Petraeus, el ex general conocido en Estados Unidos como el hombre que cambió el curso de la guerra en Irak, se declaró culpable ante un tribunal de Carolina del Norte, evitando así un juicio.
El acuerdo con la fiscalía corona una dramática caída en desgracia de Petraeus, un general de cuatro estrellas condecorado, que se convirtió en el comandante más venerado de su generación por su papel en la guerra de Irak.
El departamento de Justicia dijo previamente que Petraeus reconoció haber dado ocho “libros negros” -registros que guardaba cuando era comandante estadounidense en Afganistán- a su amante y biógrafa, Paula Broadwell.
“Hoy marca el fin de un período difícil de dos años y medio, consecuencia de los errores que cometí”, admitió Petraeus al salir del tribunal en Charlotte, según un canal de televisión local.
“Como lo hice en el pasado, pedí perdón a personas cercanas y a muchas otras, incluso a quienes tuve el privilegio de servir durante años en el gobierno y en el ejército. Quiere aprovechar para agradecer a todos quienes expresaron y demostraron su apoyo desde que trato de avanzar desde noviembre de 2012”, agregó, antes de introducirse en un automóvil.
Top secret. Los cuadernos incluían su rutina diaria, anotaciones confidenciales, la identidad de agentes encubiertos, detalles sobre la capacidad de la inteligencia estadounidense, palabras en código, resúmenes de las sesiones del Consejo de Seguridad Nacional y reportes de sus reuniones con el presidente Barack Obama, según los documentos de la corte.
Los libros negros contienen información “confidencial y de defensa nacional”, explica.
“Son muy clasificados, algunos de ellos… quiero decir hay material codificado en ellos”.
Un funcionario historiador del Departamento de Defensa recolectó documentos clasificados que Petraeus había acumulado cuando era general, pero él nunca suministró las computadoras al historiador como era requerido.
Por el contrario, Petraeus se comunicó por correo electrónico con Broadwell prometiendo darle las computadoras y se las envió personalmente a la residencia donde se quedaba en Washington DC. Recuperó los libros negros unos días después y los guardó en su casa.
En octubre de 2012, agentes del FBI interrogaron a Petraeus en la sede de la CIA cuando aún era director. El general retirado les dijo que nunca había difundido ninguna información secreta a Broadwell.
Ahora Petraeus “admitió haber retirado y conservado sin autorización información clasificada” y “haber mentido al FBI y a la CIA sobre su posesión y manipulación de información clasificada”, declaró la fiscal Jill Westmoreland Rose en un comunicado.
Haber dado información sensible a Broadwell y luego haberse quedado con las computadoras en su casa claramente viola su obligación legal de salvaguardar la información clasificada, dijeron autoridades.
Nada de la información clasificada apareció en el libro de Broadwell publicado en 2012.