A pedido de Cristina, el españolo había sido designado en la Secretaría de Derechos Humanos.
El ex juez español Baltasar Garzón finalmente dimitió a su oneroso cargo en la administración pública kirchnerista, al que había accedido por orden de Cristina Kirchner, y por el cual ganaba casi 100.000 pesos mensuales. Fue la ex presidenta, su estrecha amiga, quien le entregó su DNI argentino como residente extranjero en un trámite express del que gozan muy pocos, y que en España recibió críticas.
Luego de trascendidos en medios de comunicación en España, desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que ahora conduce Germán Garavano, confirmaron a este diario que fue decisión del propio Garzón dar un paso al costado de su puesto con rango de subsecretario desde el que brindaba “asesoramiento internacional” a la Secretaría de Derechos Humanos, que ahora maneja Claudio Avruj. Por ese cargo, cobraba al día de hoy exactamente $ 96.368 brutos.
En cambio, a la directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de la gestión K, Adriana Elba Arce, se le pidió la renuncia, señalaron desde el equipo del ministro Garavano. Fue Arce quien le contó a los medios españoles que Garzón ya no se encuentra en la Argentina, y aseguró que representa a nuestro país ante la UNESCO, y “ad honorem”, es decir sin cobrar un sueldo. Pero tras el cambio de gobierno, en diciembre, tampoco queda clara esa función.
La última actividad política K que se le conoció a Garzón fue su singular participación en la campaña electoral de Aníbal Fernández para gobernador de la provincia de Buenos Aires. El ex magistrado apareció incluso haciendo un ferviente defensa de los atributos de Anibal F para gobernar la provincia en nombre de Cristina, a quien conoció en 2005. Entonces dirigía el país Néstor Kirchner, quien al igual que sus sucesora se encandiló con el juez que pidió la extradición a España de dictadores y represores del último régimen militar argentino, en un juicio que había iniciado en Madrid como parte de lo que ahora se conoce como justicia universal.
Pero Garzón cayó en desgracia en su propio país. Después de conducir casos resonantes por crímenes de lesa humanidad, terrorismo, narcotráfico y corrupción; y de ser ser candidato y funcionario del socialismo español, fue expulsado de la carrera judicial. En un discutible juicio lo inhabilitaron por el delito de prevaricato. Los kirchneristas lo adoraron, entre ellos la Madre de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
La revista mexicana Quién aseguró que Cristina y Garzón tuvieron un romance, pero ninguno de ellos hizo mención al tema en público. En octubre último, Garzón contó que en 2012 fue nombrado asesor de derechos humanos de la Cámara de Diputados y después presidente del Centro Internacional de Promoción de los Derechos Humanos de la Unesco. No dijo ni una palabra sobre su sueldo ni sobre sus dos oficinas.