Interfiere con un mecanismo de seguridad del cerebro que impide que la presión arterial se eleve.
Un equipo de investigación internacional dirigido por científicos de la Universidad McGill ha encontrado que la ingesta excesiva de sal “reprograma” el cerebro. Al parecer el exceso de este condimento interfiere con un mecanismo de seguridad natural del cerebro que impide que la presión arterial se eleve.
La relación entre la sal y la hipertensión es bien conocida, pero hasta ahora no sé sabía de qué manera el consumo elevado de sal llevaba a un aumento de la presión arterial. El cerebro de los roedores ha aportado la respuesta.
Un equipo dirigido por Charles Bourque de la Facultad de Medicina de la Universidad McGill ha descubierto que un exceso de sal en la dieta provoca cambios en un circuito del hipotálamo, una estructura del cerebro que hace de puente entre el sistema nervioso y el endocrino. Entre sus competencias están la de regular la presión arterial y el metabolismo, el apetito, la reproducción o la respuesta al estrés.
El exceso de sal, explican los investigadores, desregula este circuito y hace que se libere una cantidad excesiva de una hormona antiduirética, la vasopresina. El resultado es un aumento de presión sanguínea. “Hemos visto en ratas que un consumo continuado y elevado de sal en la dieta provoca un cambio bioquímico en las neuronas que liberan vasopresina en la circulación sánguínea”, explican.
En este cambio, mediado por el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), impide la inhibición de estas neuronas por otras células que controlan la presión sanguínea.
En condiciones normales, cuando la la presión arterial se eleva, una terminaciones nerviosas situadas en la arteria aorta, denominados barorreceptores, envían señales a las neuronas que producen vasopresina para que dejen de liberarla. Pero una ingesta alta de sal prolongada en el tiempo “estropea” este mecanismo de seguridad que frena la subida de la presión arterial.
Los hallazgos del equipo, publicados en la revista Neuron, aportan la primera demostración de que el consumo elevado de sal puede afectar a la presión sanguínea actuando sobre un circuito cerebral encargado de mantener el equilibrio. La desactivación de este mecanismo de seguridad permite que la presión arterial se eleve cuando se ingiere mucha sal durante un largo período de tiempo.
Al ser un hallazgo llevado a cabo en ratones, una de los principales interrogantes es si ese mismo efecto reprogramación es cierto también para los seres humanos Y de ser así, es importante averiguar como podría revertirse. Pero mientras se soluciona esta cuestión, el mensaje sigue siendo el mismo: limite el consumo de sal en su dieta.