El Parlamento marroquí decidió anular una ley, en la que durante 50 años un violador podía evitar ir a la cárcel si desposaba a su víctima menor de edad.
Luego de dos años de debates y procedimientos institucionales, el Parlamento marroquí anuló la ley en la que un violador podía evitar una pena en la cárcel si se casa con su victima menor de edad.
El artículo 475 del Código Penal castiga con una pena de hasta cinco años a quien rapte a una menor, pero en su segundo párrafo, que ya fue eliminado, decía que el agresor “no puede ser perseguido cuando una menor núbil así raptada ha desposado a su secuestrador”.
El caso de Amina Filali, en el 2012, la niña de 15 años de una localidad rural del norte de Marruecos que se suicidó ingiriendo un matarratas tras ser obligada a casarse con su violador y ser maltratada por él durante su breve matrimonio, fue el que colmó el vaso para tomar dicha decisión de anular esta ley.
“¿Hemos tenido que esperar a que muriera Amina para cambiar el párrafo de una ley?”, lamentó la Cámara la socialista Aicha al Jamís, mientras que su colega Fatima al Kahil, del Movimiento Popular, preguntó por su parte: “¿Cuántas mujeres han sido violadas y casadas con sus agresores gracias a esta ley?”.
A la hora de la votación, solo había en la Cámara poco menos de 60 diputados, menos de la sexta parte del total, que votaron por unanimidad y a mano alzada la enmienda de la ley.
Para muchas de las mujeres del Parlamento, esta ley es solo “un paso” hasta lograr combatir más eficazmente la violencia contra la mujer en general, ya que hay otras leyes que aún están en curso.
El artículo sobre la pena de la violación data de 1962, cuando se redactó el actual Código Penal marroquí, pocos años después de la independencia del país.
“Este texto de esencia patriarcal incluyó ese párrafo del artículo 475 para proteger el honor de las familias antes que preocuparse por la prevención de las violaciones y el equilibrio mental de la menor víctima de la agresión” dijo en un análisis la jurista Hakima Fasi Fihri.
En una sociedad tradicional como la marroquí, la pérdida del honor es como una desgracia tanto o más grave que la violación misma, y a veces las mismas familias, son las primeras en “tapar” la vergüenza de una violación mediante un matrimonio entre víctima y verdugo.
Hoy en día, en el Parlamento marroquí hay dos iniciativas legales, una para castigar toda forma de violencia contra las mujeres, incluido el acoso sexual, y otra para prohibir el matrimonio por debajo de los 18 años.