Sara Netanyahu será llevada a los tribunales acusada de inflar gastos usando fondos públicos para fines privados. Netanyahu replica que es mentira y asegura que su esposa Sara “es inocente y lo demostrará”.
Investigado por supuesta corrupción, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha recibido otra pésima noticia: el procesamiento, previo careo, de su esposa Sara bajo los cargos de fraude y abuso de confianza en un caso relacionado con gastos excesivos de comidas y cáterin en la residencia oficial en Jerusalén.
Así lo ha anunciado esta mañana de forma oficial el fiscal general israelí, Amijai Mandelblit, que al mismo tiempo ha cerrado otras tres investigaciones sobre supuesto uso indebido de los fondos públicos por parte de la polémica mujer del jefe de Gobierno. No todo pues han sido malas noticias antes de la entrada del Shabat para Netanyahu que está en el poder desde 2009.
Si no logra ser convincente en la audiencia cuya fecha aún no ha sido fijada, Sara Netanyahu será juzgada por el gasto de 359.000 shekels (cerca de 90.000 euros) del erario público para sufragar comidas privadas de gourmet. Según la acusación, desde septiembre del 2010 hasta marzo del 2013, Netanyahu y un ex alto empleado de la residencia en la calle Balfour, Ezra Saidof contrataron los servicios de chefs privados ocultando que la casa del primer ministro tiene cocineras a sueldo. “De esta forma, recibieron de forma fraudulenta numerosas comidas de restaurantes y chefs por valor de 359.000 shekels”, señala el comunicado de Mandelblit tras dos años de investigación. La condena a los delitos presentados podría llegar a los cinco años de cárcel.
“Las acusaciones son absurdas y falsas”
El primer ministro ha replicado que no llegará a ningún acuerdo con la Fiscalía señalando que “esta alucinante y falsa historia” será desmentida en el interrogatorio previo a la decisión final. “Las acusaciones son absurdas y se probará que son totalmente falsas”, señaló Netanyahu.
“La preocupación por la comida del primer ministro, que trabaja todo el día por el bien del Estado y su seguridad, y por su familia, es patética y obsesiva. Ningún primer ministro ha recibido este trato pese a que los gastos de las comidas de otros primeros ministros han sido idénticos ya veces incluso mayores. ¿Hasta cuándo va a durar esta actitud obsesiva con la familia Netanyahu?”, se pregunta negando que su esposa inflara los gastos del presupuesto destinado a la residencia con listas ficticias de invitados y facturando al Estado encuentros privados como si fueran oficiales.
Como la mejor defensa es un buen ataque, Netanyahu culpa al que fuera gerente de la residencia oficial, Meni Naftali. “El fuerte aumento de los gastos de comida en la residencia del primer ministro fue causado por delitos cometidos por el conflictivo Meni Nafatli, un testigo protegido que es un delincuente y un mentiroso en serie”, denuncia Netnaayhu. Y añade en alusión al hombre que tras trabajar para la pareja Netanyahu es hoy uno de sus principales rivales:
“El gasto promedio mensual en las comidas ordenadas en el período en el que Naftali sirvió como jefe de mantenimiento fue 5 veces más alto que el promedio mensual de los cuatro años siguientes, cuando Naftali no trabajó allí. Eso lo dice todo”.
Naftali replica que era un simple funcionario que no podía encargar nada sin el consentimiento de Netanyahu. Y denuncia que Mandelblit haya decidido archivar casos más graves como el supuesto traslado de muebles comprados con fondos públicos para la casa oficial en Jerusalén a la finca privada en el norte de Israel. o pagar con dinero público el trabajo de un electricista para fines privados.
Cabe recordar que desde hace 40 semanas, Naftali lidera manifestaciones ante la casa de Mandelblit en Petach Tikva para que acelere las investigaciones en tres casos de supuesta corrupción contra el primer ministro.
Nafatli recuerda que Mandelblit fue nombrado fiscal general por Netanyahu que antes le eligió para ser el secretario de Gobierno. De ahí que algunos comentaristas críticos con el líder conservador señalen hoy que “si Mandelblit ha decidido imputar a Sara Netanyahu es que tiene pruebas tan sólidas que es imposible evitarlo”.
Netanyahu, que viaja la semana próxima a Argentina, Colombia y México, se encuentra bajo una gran presión mediática y sobre todo policial. La unidad de lucha contra la corrupción “Lahav 433” investiga tres casos en los que el primer ministro y su entorno más cercano están bajo sospecha de soborno, fraude y abuso de confianza. La gran pregunta en Israel es qué pasará a nivel político si Mandelblit decide imputar a su ex jefe ya que según la ley en tal caso no tiene obligación de dimitir En las últimas semanas, Netanyahu ha intensificado los contactos con los militantes del Likud y los duros ataques contra los medios de comunicación a los que acusa de “querer cambiar el gobierno de derechas por uno de izquierdas con investigaciones y no a través de las urnas”.