Esta mañana, a través de la 99.9, Virginia Sosa, ex Sargento de la policía, contó las novedades sobre la acusación realizada por el fiscal Larriera después de que, incluso la separaran de la fuerza por reclamar más elementos para trabajar y un sueldo digno: “el policía no cuenta con las herramientas para hacer la tarea real del efectivo”, remarcó.
El reclamo por mejores condiciones de trabajo terminó peor de lo esperado. El Sargento de la Policía, Virginia Sosa, habló nuevamente en la 99.9 después de que su conflicto que había terminado hasta con un encadenamiento en la Catedral, con novedades.
“Desde el 8 de noviembre estoy en cesantía con la firma del propio Ministro Alejandro Granados”, comentó. Luego recordó los motivos por los cuáles llegó a esta situación: “en 2012 con un grupo de compañeros fuimos a la departamental a manifestar que no podíamos conducir los móviles policiales porque mecánicamente estaban deplorables y que no podíamos cubrir los llamados del 911 porque no teníamos combustible”.
Ese sólo sería el primer paso, porque luego Sosa aclaró que “nos inventaron un sumario por insubordinación. Fuimos 10 sumariados de los cuáles 3 fuimos cesanteados de la fuerza, el resto tuvo 20 días de suspensión de empleo y tuvimos la desgracia de que a raíz de eso un compañero se quitó la vida”.
Realmente fueron demasiadas consecuencias para lo que representaba un simple reclamo por mejoras en el sueldo y en las condiciones laborales: “lo único que fuimos a pedir fue que nos diera respuesta a lo que estaba pasando. Las mismas fueron nulas y para que no volviéramos a hacer ningún pedido más, nos sumariaron”, replicó.
Tampoco se quedaron de brazos cruzados en ese momento y trataron de ir por más. “El 8 y 9 de diciembre del año pasado, debido a tanto tiempo peticionando, decidimos encadenarnos. Fue la gota que rebalsó el vaso. Nunca se dio respuesta a los trabajadores, pero esperemos que nunca vuelva a pasar”, resaltó.
La situación en la que tenían que brindar servicio era realmente vergonzosa y quisieron que la comunidad estuviera protegida de la manera correcta. Parece que está mal. “Teníamos que empujar el móvil, si lo parábamos no volvía a arrancar. Además nos quejamos de la falta de capacitación, de chalecos antibala y muchas cosas más, sumado al sueldo que era muy bajo”, indicó sobre lo que plantearon en su momento.
Como si todo lo que les pasó fuera poco, ahora se enteraron de un nuevo capítulo: “hoy por hoy, el fiscal Larriera nos imputa por el delito de sedición”, dijo incrédula. Siguen sin entender lo que ha sucedido que les ha costado el trabajo y ahora una imputación: “el policía no cuenta con las herramientas para hacer la tarea real del efectivo. De parte de la justicia hay un abandono real y crea un cuadro lamentable. Lo del fiscal Larriera es lamentable porque nadie me notificó a mí, me enteré por los medios de la imputación que tenía. Tampoco me enteré de la indagatoria para ir a declarar”, concluyó.