Es por la cantidad de testimonios sobre venta de drogas que recibió en el pueblo donde murió Juan Viroche. Aún no descarta un suicidio inducido.
La muerte del cura Juan Viroche, que conmocionó a Tucumán y a todo el país, visibilizó una situación que desde hace unos años viene en aumento: la venta de drogas en la provincia. El fiscal del caso, Diego López Avila, recibió una serie de denuncias sobre el comercio de estupefacientes mientras avanzaba con la investigación sobre la forma en la que terminó la vida del sacerdote. Ante esto, decidió remitirlos a la Justicia Federal para que se abra allí un expediente sobre tráfico de drogas. “Hay indicios de que en La Florida (el pueblo donde ocurrió la muerte) hay personas que venden sustancias prohibidas”, declaró el funcionario. Además consideró necesario que sea citado a declarar el fiscal federal Gustavo Gómez, quien vinculó públicamente el final del sacerdote con las denuncias y la lucha que éste tenía contra los narcotraficantes de la zona.
En paralelo, López Avila se avocó a investigar las versiones que indican que el párroco había recibido amenazas. Su objetivo es dilucidar quién estaría detrás. Y si esto pudo haber tenido que ver con la muerte de Viroche. Si bien el fiscal asegura que todo indica que se trató de un suicidio, ayer aclaró que no descarta la posibilidad de que haya sido algo inducido.
En el pueblo acusan a los narcos de haber asesinado a Viroche porque el sacerdote venía denunciándolos. Pero en la causa no se descartan otras hipótesis, como la sentimental: hay dos mujeres que declararon haber tenido una relación íntima con el cura.
El fiscal envió exhortos a otros juzgados y a la Policía para determinar si hay denuncias de amenazas presentadas por el sacerdote. En esta línea el secretario de Seguridad de la provincia, Paul Hoffer, señaló que el padre nunca realizó una denuncia formal. “No consta en la comisaría ni en las Unidades Regionales. Sus denuncias eran conocidas y por ello se había comenzado a actuar de oficio”, declaró. Además reconoció el trabajo que el cura venía realizando en la zona. Por su parte el gobernador Juan Manzur lamentó su muerte y señaló: “Lo conocíamos, cuando íbamos a la zona él hacía las bendiciones. Estamos poniendo todo de nuestra parte para combatir a la gente que trafica muerte. Hay que caerle con todo el peso de la ley”.
Donde sí había denunciado las amenazas el cura es en el Arzobispado –la semana anterior a su muerte pidió su traslado– y en su círculo íntimo. Ayer se conoció un audio en el que Viroche le cuenta a un amigo que está deprimido, que tiene miedo y que lo están amenazando. Allí dice que recibió llamadas intimidatorias y que incluso le chatearon por Facebook en privado para decirle que su sobrina sufriría represalias. Lo que no se sabe es quién lo amenazó ni por qué lo hizo.
La causa está caratulada como muerte dudosa, aunque las pruebas afirman la hipótesis del suicidio. Igual el fiscal pidió la realización de un perfil psicológico de Viroche para determinar si alguien podría haber influido sobre él para obligarlo a quitarse la vida. “En toda investigación, y más en los casos donde los indicios se inclinan hacia la posibilidad de un suicidio o una muerte voluntaria, lo primero es investigar la vida privada”, señaló ayer López Avila a TN.
Los habitantes de La Florida mantienen firme su certeza de que Viroche fue asesinado por las bandas de narcos de la zona. El fiscal igual insistió ayer con que “cuando se hace el barrido del lugar (la iglesia donde el miércoles apareció ahorcado el cura) no se detectó ningún elemento sobre la posibilidad de que hubiera presente otra persona”. El lugar estaba cerrado desde adentro y había elementos que bloqueaban las puertas de acceso a la capilla donde encontraron el cuerpo colgado de una linga atada a vigas del techo.
Además el fiscal destacó que el resultado de la autopsia “no muestra signos de violencia en el cuerpo” y que la muerte se debió a la asfixia provocada por la cuerda.
Aún restan los informes de los teléfonos del párroco y del de un tercero, perteneciente a otra persona. También se estudian un chip y elementos informáticos. Los investigadores les solicitaron informes a las compañías de celulares sobre las comunicaciones entrantes y salientes de esos números.
Ayer el legislador porteño y titular de la ONG La Alameda, Gustavo Vera, anunció que el Papa Francisco “está enterado” de la muerte del cura Viroche.