Camilo Romero gobierna la provincia de Nariño en Colombia, una de las regiones más golpeadas por la pobreza, la corrupción y la guerra contra las drogas. En una entrevista exclusiva con Infobae, el joven periodista y político, cuenta cómo sus propuestas, basadas en innovación, propician mejoras que ahora otros estados quieren imitar.
Innovar o morir, la clave de nuestros días. La innovación se ha vuelto esencial en todos los ámbitos y sectores, incluso los más tradicionales. Sin embargo, existen ciertas estructuras más rígidas a las que les cuesta – o no les conviene – echar mano a nuevas herramientas que puedan servir para mejorar prácticas y hacerlas más eficientes, colaborativas y transparentes.
En ese sentido, existen algunos casos interesantes para mirar en Latinoamérica de jóvenes que buscan revitalizar la relación gobierno-ciudadanía con nuevas prácticas y que, llegados al poder, se determinan a implementarlas. Uno de ellos es Camilo Romero, en Colombia.
Unidos en Red, sin distinción partidaria
Romero, junto a otros jóvenes de la región, lograron algo muy poco frecuente en la política: formar una red latinoamericana entre dirigentes, de distintos signos políticos; con diversidad ideológica, pero unidos por la ambición de intentar renovar el sistema político, aprovechando las herramientas del siglo XXI. Así es como nace La Red de Innovación Política Latinoamericana.
Actualmente, La Red está compuesta por más de 50 miembros de distintos países de Latinoamérica, entre gobernadores, diputados, activistas y académicos, entre ellos: Camilo Romero (gobernador de Nariño, Colombia), Giorgio Jackson (diputado chileno, ex líder del movimiento estudiantil) , Pedro Kumamoto (diputado mexicano), Mercedes D´Alessandro (activista y académica en temas de género, Argentina).
La agenda específica que manejan hoy incluye temas vinculados a distribución del poder, género, desarrollo inclusivo y no extractivo de recursos naturales, defensa de minorías sexuales y raciales, gobierno abierto y participación ciudadana.
La imaginación al poder
Innovar, no debe ser sinónimo de designar recursos a la adquisición de nuevas tecnologías – sobran ejemplos de compra de tecnología que luego ni siquiera se implementa correctamente-, sino que tiene que ver con ser capaces de aplicar la creatividad al diseño de nuevas estrategias que logren resolver los problemas de siempre, con los recursos, culturales y tecnológicos disponibles.
A su vez, integrar una red permite, entre otras cosas, compartir esas experiencias de innovación y ver las posibilidades de trasladar los casos de éxitos a otros países de la región y evangelizar a los actuales dirigentes en la necesidad de implantar mejores prácticas que logren forjar una nueva cultura política más representativa y confiable.
De periodista a dirigente innovador, el caso Camilo
Camilo Ernesto Romero Galeano estudió Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Autónoma de Occidente en Cali. Desde su vida universitaria demostró interés en la participación política y lideró su primer proyecto político “Tienen Huevo”, un movimiento irreverente que cuestionó la forma de hacer política en el país.
Posteriormente se graduó como Magíster en Estudios Políticos de la Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. Entre sus producciones académicas se destaca el libro ‘Del secuestro y otras muertes’, obra en la cual resaltó la ausencia de una política de Estado frente al flagelo del secuestro.
En el 2002 aspiró por primera vez – como independiente – a la Cámara de Representantes. Pero no fue hasta 8 años más tarde que logró convertirse en Senador de la República, uno de los más jóvenes del país. Fue considerado en su periodo constitucional como uno de los 10 mejores senadores y símbolo de renovación de la política nacional.
Luego, como co-presidente del Partido Alianza Verde, dirigió la Escuela de Innovación Política, un proyecto que convocó a más de 6000 personas a nivel nacional e internacional en su primer curso “Nuevas Tendencias en Innovación Política”.
A sus 40 años, Camilo llegó a la Gobernación del departamento con un proyecto de construcción ciudadana “Somos Nariño” y la Convocatoria a la Unidad Regional. Su propuesta fue elegida por 331.394 nariñenses. Los sellos que que intenta que marquen su gobierno son la paz con equidad social, el buen gobierno y un pacto verde. En este año y medio que lleva en el poder, cuenta con un 64% de imagen positiva por su gestión (Centro Nacional de Consultoría de Colombia).
Su plan de gobierno es motivo de inspiración dentro y fuera de Colombia por su innovación en tres pilares: Innovación Social, Economía Colaborativa y Gobierno Abierto. Romero hizo de Nariño el primer Gobierno Abierto de Colombia. Para ello, lanzó la plataforma GANA – Gobierno Abierto Nariño en la que se publica su Declaración Juramentada de Bienes Patrimoniales junto a 40 integrantes del gabinete departamental (con sus respectivas actualizaciones) y la plataforma GANA CONTROL junto a otras 13 herramientas de Gobierno Abierto.
En esta plataformas se muestra el presupuesto de la provincia y todos los datos respecto a contrataciones y licitaciones. Además, cada domingo presenta en redes sociales el Informe Semanal que también se divulga en la plataforma de la Gobernación de Nariño.
-¿Qué pueden aportar las nuevas tecnologías a una manera diferente de hacer política?
Muchísimo, sin dudas. En nuestro “nuevo gobierno”, como lo hemos llamado, creamos la secretaría Innovación de Gobierno Abierto porque nos permite acercarnos más al ciudadano. La idea se basa en tres pilares: gobierno abierto, innovación social y economía colaborativa. Siempre entendiendo que las nuevas tecnologías deben estar al servicio de la ciudadanía. Esto significa que deben acercar a la gente, ayudarlos a tener mayor información para que puedan participar y ver quiénes son los funcionarios de la gobernación del departamento e interactuar con ellos. El ciudadano tiene que poder acceder a todos los datos de la gobernación del departamento y ver la declaración de bienes juramentadas de cada uno de los 40 funcionarios de nivel decisivo de la gobernación.
-¿Cuál es el avance más importante que realizaron en materia tecnológica?
Para mí es el portal que muestra, on-line, el presupuesto y todas las contrataciones que se realizan, de manera abierta, a todos los ciudadanos y a la luz pública. Allí, cualquier persona puede ingresar y ver, de forma clara, cuál es el presupuesto de nuestra gobernación – especificado por monto y por secretarías – cuánto dinero se destina a cada programa y a cada proyecto, y quiénes son los contratistas.
-¿Cómo deben utilizarse las nuevas tecnologías en el ejercicio del poder?
No hay que perder de vista que la tecnología es simplemente una herramienta de debe servir para acercar más, pero sin dejar de lado el componente social, que es el vital. Nunca reemplaza el cara a cara, el contacto con y entre los ciudadanos. La tecnología puede ayudarnos como gobierno a que la gente esté más enterada, a que se cohesione más, a que haya una interlocución directa entre gobierno y ciudadanía. En eso nos ha dado un plus de una manera contundente.
– Ocurre mucho, en países como el nuestro, que la participación política se ciñe a ir a votar. De ahí, otros directamente pasan a cortar las calles. ¿Cómo se gesta una participación ciudadana más madura, útil y constructiva?
Yo creo que vivimos nuevos tiempos, lo he llamado “el surgimiento de una nueva ciudadanía”, que no solo espera a votar cada cuatro años, sino que puede reaccionar de inmediato, a todo hecho, a cada acción política, a cada hecho de corrupción. Está surgiendo una nueva ciudadanía, cada vez más empoderada, con nuevos medios, con nuevas herramientas que le permite a la gente poder participar de manera segura.
Ahora, el feedback es mucho más rápido, mucho más emotivo incluso. La ciudadanía está mucho más altiva, más pendiente y comienza a darse cuenta de que, si se equivocó al votar, no tiene que esperar 4 años para reaccionar o para demandar que se hagan las cosas mejor. La gente tiene que desarrollar la capacidad de intervenir, de incidir mucho más en nuestra democracia.
-Tuve la oportunidad de realizar informes periodísticos desde Nariño. Siempre me encontré con una región históricamente postergada por los gobiernos centrales, con vastos territorios sin caminos ni escuelas, ni hospitales, y un estado totalmente ausente. ¿Cómo reacciona esa gente tan sufrida por el olvido, la pobreza y la guerra cuando se le habla de tecnología e innovación?
Efectivamente, ese ha sido un debate y más en nuestro territorio, en el departamento de Nariño. Aquí tenemos subregiones con necesidades básicas insatisfechas gigantescas. Pero por ejemplo, un municipio requiere agua potable y lo que hay que entender es que ese problema se soluciona con tecnología. Hay situaciones básicas que pueden resolverse con soluciones de las que se dispone en una tablet. Creo que tiene que ver con una manera de actuar. Primero, hay que comprender que las necesidades básicas y las oportunidades del futuro, no son conceptos opuestos. Cuando nosotros planteamos temas importantes como los de innovación, de vanguardia, se presentaron esos debates en donde se decía: “Mira pero si no está resuelta siquiera alguna de las necesidades básicas insatisfechas”. Y sí, es verdad, pero también nosotros necesitamos no abandonar en absoluto nuestro deber de que la ciudadanía tenga el derecho también a avanzar en materia concreta de nuevas tecnologías.
Les pongo un ejemplo: nuestro centro de innovación social, tiene un programa bellísimo, de nivel internacional, que se llama “La cátedra futuro” en el que se les da a nuestros niños la posibilidad – no solo de aprender historia, de saber de dónde venimos y de sentirse orgullosos de su tierra – sino también de acceder a tecnologías y nuevas tendencias de emprendimiento social. Esto termina repercutiendo en un beneficio de y para la gente porque permite el desarrollo de las economías colaborativas que son tan importantes para nosotros. Aquí, la ganancia no es entendida en un sentido estricto, sino en el de aprendizaje y aporte para todos. En una experiencia piloto el año pasado en un municipio humilde de nuestro departamento, logramos que 120 niños estén a la vanguardia que hablen de creative commons y hackatones, que hagan el mapeo de su municipio en bicicleta con GPS, usando nuevas tecnologías. Esto, ayuda a cerrar la brecha; no sólo sirve para resolver lo fundamental, lo elemental.
Necesitamos empezar a imprimir un sello distinto, que haya un chip en el cerebro de cada niño, que puedan pensar mucho más allá, que pueda ser capaz de imaginarse el mundo – como decimos acá de “comerse el mundo”. El desafío para los gobiernos de nuestros países es resolver necesidades del siglo anterior pero, a la vez, estar a la vanguardia de este siglo.
-Qué importante poder estimular a la gente en este mundo de economías globalizadas, a poder pensarse como emprendedores y no como personas que tienen que estar pendientes de la dádiva del Estado, de los narcos o de otros grupos que en definitiva buscan a alinearlos.
Sin duda, aquí tenemos una experiencia bonita también en el campo de educación que se llama nuestra ULA (Universidad de Libre Aprendizaje). Desde la Gobernación, en un convenio con la Universidad Regional, logramos un acuerdo y convocamos a profesores y expertos de un lado, y a la ciudadanía de otro, con un punto de encuentro: el conocimiento. El sistema funciona de la siguiente manera; los profesores no cobran, lo estudiantes no pagan y lo que une a todos es el amor al conocimiento. 80 ofertas de aprendizaje y más de 500 estudiantes ya recibieron certificados el año anterior. Este año, han sido 518 personas nuevas que se han vinculado a esta Universidad de Libre Aprendizaje. Esto es economía colaborativa. Eso nos parece importante, poder reivindicar otro valor, otra lógica, otra dinámica, pero todo alrededor del conocimiento, de las ganas de salir adelante. La motivación está puesta en el aprendizaje, en ser capaces de aportar a los demás. Me parece que hay una lógica interesantísima y se empieza a vivenciar en el territorio otras experiencias más allá de lo lógico y elemental de tener un recurso. Es el poder ser capaces de compartir saberes, de aprender y enseñar conocimientos para la vida.
-Por último Camilo, queremos saber tu visión, ya que estás en el poder, ahora podés hablar de lo que es estar en acción ¿Cómo se combina esta nueva manera de entender la política – esta visión más romántica si se quiere – con lo que es después el campo: los partidos políticos llenos de malas prácticas, la influencia que tiene el narcotráfico, la necesidad de gestar ciertas alianzas cerrando un poco los ojo, etc., etc.
Yo creo que hay una fuerza de una nueva ciudadanía cada vez más empoderada. Siento que nuestro país, después de haber apostado a pasar la página de la guerra, hay una oportunidad inmensa para que la ciudadanía entienda que no se trataba solo de unos únicos culpables que eran unos malos que le hacían daño a la sociedad – que efectivamente lo hicieron -. Más allá de eso, se presente una nueva posibilidad de enfrentar a quienes han estado en los gobiernos, de ser capaces de exigir, de pedir cada vez más y mejores gobiernos.
Yo creo que eso va a terminar imponiéndose por encima de esa otra realidad tan fuerte que tuvimos con la guerra, el narcotráfico y la corrupción. Allí hay un punto vital. Hoy una nueva ciudadanía en Colombia enfrenta de manera contundente y rechaza lo que ha significado la corrupción en este país. Por eso hemos preparado un kit anticorrupción de 10 herramientas para la ciudadanía, 4 de ellos de standard internacionales que nos convierten en el primer gobierno abierto de Colombia. Yo creo que si avanzamos así, si somos capaces de contagiar a otros, ya logramos contagiar a la provincia hermana del Ecuador y a colegas en Colombia para que su departamento también empiece este camino de gobierno abierto. El procurador nos recibió en Bogotá, para que hablar de este tema y ver si se puede replicar lo que estamos haciendo en todo el territorio nacional. La idea es pasar de una Nariño transparente a una Colombia transparente.
Claro que hay dificultades, hay actores. Cuando vos decías que yo ya estoy en el poder, yo ya tengo la claridad de entender que lo que ganamos es el poder político, pero está el poder económico, está el poder de nuestra fuerza pública, está el poder de muchos intereses que hay que saber conciliar para poder seguir y avanzar. Creo en el ejemplo, en dar ese primer paso. Por eso publicamos la declaración de bienes juramentada, para que se sepan todos los datos de cuenta bancaria, cuáles son los bienes y cuáles son las deudas, en nuestro caso después de la campaña, y de avanzar en este camino. Nos parece importante que la ciudadanía vaya comprendiendo que hay una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace porque eso es lo que permite ganar lo que se ha perdido durante mucho tiempo en Colombia: la confianza de la ciudadanía.