El Banco Bice viene trabajando con el Ministerio de Producción para darle nuevas herramientas a las startups locales.
El Banco BICE, junto al ministerio de Producción, lanzó una línea de crédito diseñadas exclusivamente para las Pyme y grandes empresas dedicadas al software y los servicios informáticos (SSI). La nueva línea atiende cuatro destinos de financiamiento puntuales que son una demanda habitual de las firmas del sector: adelantes de inversión para contratar empleados y comprar equipamiento, adquisición de empresas del mismo rubro en el exterior y en la Argentina, exportaciones y el otorgamiento de garantías internacionales.
“El objetivo es solucionar una falla del mercado, primero empezamos con los Recursos Humanos, y por eso lanzamos el Plan 111 mil, y ahora queremos resolver el acceso al crédito para empresas nacionales que, para este de actividades, no existe”, detalla Carlos Palloti, subsecretario de Servicios Tecnológicos y Productivos del ministerio. “Al ser de capital intangible les es muy difícil conseguir garantías, por lo que la banca comercial habitualmente no los atiende”. Ambos, Palloti y Pablo García, presidente del BICE, tuvieron una charla con Infotechnology.com con motivo del lanzamiento de esta línea de crédito.
En este sentido, desde el ministerio liderado por Francisco Cabrera suman el siguiente dato: el sector creció 18% el año pasado y tuvo US$ 504 millones de superávit, empleando 141.000 personas en total (entre asalariados, no registrados y freelancers) y genera 1,4 millones de empleos. “Cómo se financia el sector”, se pregunta Palloti. “Hoy, reinvierten utilidades o se licuan y buscan inversores para inyectar capital; no todas las empresas están dispuestas a abrir su capital.”
Los créditos
Respecto a los adelantos de inversión, “los empresarios tecnológicos explicaban que no podían acceder a préstamos porque el grueso de su capital es humano y no cuentan con activos físicos que operen como garantías. Dado el carácter intangible de la actividad, impulsamos este cambio en el enfoque tradicional del crédito”, explica el presidente del BICE, Pablo Garcia. Es por esto que el banco decidió basar su análisis crediticio en el flujo de negocios de la firma y los proyectos.
Las empresas que son precalificadas disponen de los fondos para cuando necesiten concretar el proyecto y pueden usarlos para contratar empleados vinculados con el motivo del pedido del crédito. El monto máximo será de $15 millones, que puede cubrir hasta el 80% de la inversión, con un plazo de hasta un año y una tasa Badlar (tasa que pagan los bancos por los depósitos de más de $1 millon) más entre 4,5 y 6,5%.
Un detalle adicional: los requirientes pueden pedir una bonificación del ministerio de producción que puede ser de entre 4 y 6%, por lo que terminarían pagando la Badlar más 0,5 o 1%. Hoy, para poder financiarse, estas empresas deben girar en descubierto y pagar tasas de 40 y 45%, indican desde el sector bancario.
El segundo destino es la adquisición de empresas del sector de SSI nacionales o extranjeras. “Queremos que las Pyme y grandes empresas argentinas puedan internacionalizarse y hasta convertirse en multilatinas sin que se vean en la obligación de vender para expandirse”, comenta Palloti. Los plazos, en este caso, son de hasta 15 años en pesos y 10 años en dólares, con hasta dos de gracia y un monto máximo para Pyme de $80 millones y $200 millones para grandes empresas.
“Esto antes no se podía hacer en la Argentina, y ahora el Banco Central lo permite”, agrega el ejecutivo del BICE. “Le estamos permitiendo a las empresas argentinas que puedan crecer con deuda y no tengan que aceptar un socio que haga equity y se termina licuando.”
El tercer destino es para financiar y prefinanciar exportaciones de los servicios que produzcan las empresas de SSI. “Esto es típico para exportaciones de bienes pero no de servicios porque suelen funcionar cuando las empresas presentan una orden de embarco, algo que las empresas de SSI no tienen. Por eso agregamos la orden de compra como forma de acceder a este crédito”, amplia García. Dispone de un monto máximo de US$ 5 millones por operación, con una tasa de 1,5% con hasta 210 días de plazo y cubre hasta el 75% del valor de la operación.
Y en cuarto lugar se otorgan garantías internacionales (conocidas como Stand By Letter of Credit o SLBC), instrumentos que cumplen la función de mitigar los riesgos vinculados a los contratos de compraventa internacional. Estas garantías les sirven a las empresas locales para presentarse en licitaciones internacionales para exportar.
“Todo esto se hace online, no hace falta ir a golpear la puerta, aunque en algún momento alguien va a tener que firmar”, subraya Palotti. “Todo esto ya está operativo, tenemos casos testigos, ya aprobados pero embargados por secretos de confidencialidad por adquisiciones de empresas, así como adelantos”. Cierra García: “Esto no es una expresión de deseo, ya está pasando”.