El Ministerio de Comunicaciones dio aval a otras cuatro firmas para operar en el espectro local, aún cuando la empresa nacional satelital tiene capacidad ociosa.
Mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial el 3 de febrero, el Ministerio de Comunicaciones autorizó a la empresa española Hispasat a “proveer facilidades satelitales” en el territorio argentino a través de su satélite Hispasat 1D en las bandas de frecuencia Ku (utilizadas para transportar señales de TV y radio).
Entre los fundamentos de la medida, se menciona un convenio de “reciprocidad entre el gobierno argentino y el Reino de España” firmado en 2001 por la entonces Secretaría de Comunicaciones.
La firma es propiedad de la francesa Eutelsat, la constructora ibérica Abertis (principal accionista de Autopistas del Sol) y el gobierno español, y es líder en la distribución de contenidos en español y portugués en el mercado iberoamericano.
Según consta en su página web, Hispasat distribuye a través de su flota de satélites más de 1250 canales de televisión y radio y logró posicionarse como el cuarto operador satelital en América latina.
Antes de esta habilitación, Hispasat ya operaba en la Argentina el satélite Hispasat 1C, con el que brinda servicios a varios canales de TV y radio (Cadena 3, Teleocho Córdoba, radio cooperativa AM 740 y radio Patagonia AM 780, entre otros).
Con esta nueva autorización, ya suman cinco las otorgadas por la cartera que comanda Oscar Aguad a compañías extranjeras para operar en el espectro satelital argentino, aún cuando el satélite nacional Arsat II, lanzado en septiembre de 2015 aún tiene un 60% de capacidad ociosa sin vender.
Durante el año pasado, la firma Satélites Mexicanos (SatMex); New Sky Satellites (del consorcio europeo SES); la francesa Eutelsat, y la estadounidense DirecTV recibieron autorización para operar en el país. Aunque las habilitaciones se fundan en un artículo de la Ley Satelital que permite a satélites de otros países brindar servicios en el territorio nacional, siempre que exista un acuerdo de reciprocidad, lo cierto es que Argentina no está haciendo uso de esa cláusula.
Estos permisos entran en contradicción con la Ley de Desarrollo Satelital (sancionada en noviembre de 2015), cuyo espíritu era otorgar prioridad a Arsat y su cadena de proveedores locales. En tanto, el plan satelital nacional que preveía la construcción de ocho satélites para 2035, se encuentra virtualmente frenado por falta de fondos.
Ante la consulta de este diario, el presidente de Arsat, Rodrigo de Loredo, confirmó en su momento que “se está buscando financiamiento externo” para la construcción de un tercer satélite, el Arsat III, que brindaría servicios en la banda Ka, para proveer internet “premium” de 15 o 20 MB al hogar.
Para reformular su plan de negocios, la compañía estatal contrató el año pasado los servicios de Mc Kinsey. La consultora cobró $ 12,5 millones por su trabajo de cuatro meses (equivalentes a cinco salarios de $ 50 mil por mes durante cuatro años).
Arsat fue creada en 2006 para proteger las posiciones orbitales asignadas a la Argentina por la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones), y que el país estaba por perder. Actualmente cuenta con tres unidades de negocios: TDA (Televisión Digital Argentina), Datacenter (cuya órbita pasó al ministerio de Modernización para ejecutar un plan de digitalización del Estado), y el desarrollo satelital, alrededor del cual gira una industria de fabricación de satélites, a cargo de Invap, y más de 50 proveedores pymes.
Según un informe de la Satellite Industry Association, la industria satelital mundial (construcción y equipamiento, lanzamiento y servicios) facturó u$s 203 mil millones en 2014 y crece al 9,5 % anual; un mercado en el que hasta ahora sólo juegan Argentina y otros 9 países.