Bullrich consiguió el aval de Macri en el inicio del año electoral. Las adquirirán por licitación y en una segunda etapa planean llevarlas a otros espacio públicos. Cuestan unos US$ 3.000 cada una.
Lejos de cualquier prurito por tratarse de un año electoral, el Gobierno quiere poner sobre la mesa de discusión la lucha contra la inseguridad. Y en el arranque de 2019 decidió a avanzar en un tema que generó controversia en el pasado: el uso de las pistolas Taser.
Según confirmaron altas fuentes oficiales, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya trabaja en la implementación de las Taser. “En una primera instancia, se utilizarán en aeropuertos y en los trenes. La idea es hacerlo en lugares de aglomeración donde sólo se puede recurrir al uso de las armas letales en última instancia”, explicaron a Clarín. Pero no descartan que en el futuro, si se obtienen buenos resultados, se utilicen en otros espacios públicos. “Paso a paso”, deslizan.
La decisión, luego de meses de estudio, cuenta con el aval de Macri, que ya había planteado como jefe de Gobierno porteño su intención de poner este tipo de armas para la Policía Metropolitana, lo que generó duros cuestionamientos del por entonces gobierno de Cristina Kirchner y de organismos de Derechos Humanos. Argumentaban que esa arma no letal podía utilizarse para torturar, por el efecto de las descargas eléctricas.
La disputa, con ribetes más ideológicos que fácticos, se judicializó durante varios años, hasta que en 2016 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ya con Macri como Presidente, dejó firme un fallo que avalaba la implementación de las denominadas “Taser X 26”.
Envalentonada por los altos niveles de imagen positiva y de gestión que cosechó durante 2018, y tras superar las críticas por la implementación del protocolo de uso de armas de fuego que redactó para las fuerzas federales, Bullrich ahora se apresta a generar un “cambio de paradigma” respecto a este tipo de armas. Cree que puede demostrar, al igual que con otras iniciativas que propuso en su área, que es una herramienta válida para disuadir focos de violencia y conflicto en lugares de alta concurrencia.
Luego de la experiencia con el caso del policía Luis Chocobar, en el que inicialmente la Justicia lo procesó por haber matado a un delincuente que escapaba luego de asaltar y acuchillar a un turista; el Gobierno quiere evitarse cuestionamientos de los jueces hacia los efectivos que usen las Taser. Por eso ningún efectivo usará una Taser al mismo tiempo que un arma de fuego. “¿Qué pasa si un juez le dice a un efectivo ‘¿por qué utilizó el arma de fuego y no la Taser?’ Mientras los jueces no se adecuen y sigan responsabilizando de todo a los policías, preferimos que quienes usen las Taser no lleven armas de fuego”, fue el planteo que se hizo puertas adentro del Gobierno cuando se comenzó a estudiar la posibilidad.
¿Cómo funciona esta pistola? Inmoviliza de forma instantánea a quien recibe la descarga, que genera múltiples contracciones musculares por segundo. Tiene un alcance de hasta 8 metros y, para evitar daños físicos en quien recibe la descarga, los especialistas aconsejan evitar la zona de los ojos.
Así, con el visto bueno de Macri, Bullrich instruyó a sus funcionarios a que evalúen los costos y la cantidad de armas que necesitará para cubrir con esta primera etapa de implementación. Según cálculos que hacen en Seguridad, requeriría no más de 300 taser. Cada pistola, estiman, cuesta unos 3.000 dólares.
Pero a eso se deberán sumar los costos en la capacitación del personal, de la Policía Federal y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que puede duplicar el costo de la inversión inicial, que en forma global orillaría los 3 millones de dólares. Bullrich no necesitará pedirle al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, una partida adicional, ya que podría arreglarse con parte del presupuesto asignado para 2019. Por eso, sin otro obstáculo, en las próximas semanas avanzará en la compra a través de una licitación.
En América, además de Estados Unidos, otros países ya utilizan las Taser desde hace muchos años: Brasil, principalmente, Colombia y México. Ahora se sumará Argentina.
En rigor, Nación no será pionera de la utilización de las Taser en el país: la provincia de Buenos Aires, el ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, ya había dispuesto la compra de una tanda de pistolas destinadas al Grupo Halcón y otros grupos de especiales.
A diferencia de otros años, en los que buscaba desmontar la imagen “dura” de Macri, en el Gobierno admiten sentirse cómodos al discutir iniciativas para el combate del delito. “Si enfrente va a estar el kirchnerismo, que durante 12 años se la pasó defendiendo a los delincuentes y utilizó relatos de Derechos Humanos para frenar nuestras propuestas, bienvenida sea la polémica”, se entusiasman.