La primera ministra Frederiksen pretende extender la prohibición del niqab de 2018 a las instituciones educativas y eliminar las salas de oración.

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha anunciado este jueves medidas más estrictas para los símbolos religiosos en la educación del país nórdico, solicitando que la ya vigente prohibición de los velos integrales de ciertas fieles musulmanas se extienda a colegios y universidades.
La prohibición general del país sobre burkas y niqabs en lugares públicos,introducida en 2018, no se ha aplicado hasta ahora en las instituciones educativas. Sin embargo Frederiksen, líder de los socialdemócratas daneses y una de las pocas mandatarias socialistas que quedan en la Unión Europea, afirma que esa limitación supuso un error. «Hay lagunas en la legislación que permiten el control social musulmán y la opresión de las mujeres en los centros educativos de Dinamarca», ha declarado Frederiksen ante los medios de comunicación nacionales. «Tienes derecho a ser una persona creyente y practicar tu religión, pero la democracia tiene prioridad».
Quienes se oponen a la prohibición general, entre ellos organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, afirman que esto atenta contra el derecho de las mujeres a vestir como deseen. «Todas las mujeres deben ser libres de vestir como les plazca y de llevar prendas que expresen su identidad o sus creencias», afirmó la ONG en 2018.
El anuncio del Ejecutivo danés obedece a las recomendaciones de un comité de expertas, la denominada Comisión para la Lucha de las Mujeres Olvidadas, para garantizar «que las mujeres en contextos minoritarios puedan disfrutar de los mismos derechos y libertades que las demás mujeres danesas». En su momento, la propuesta provocó reacciones y protestas en Dinamarca, y el plan original fue rechazado en 2023.
Frederiksen también quiere que se eliminen los centros de culto de los centros educativos, objetando que se han instalado en varias universidades e institutos. La primera ministra danesa no cree que estas salas generen inclusividad, sino que «proporcionan un caldo de cultivo para la discriminación y la presión religiosa». Aunque Frederiksen no pide una prohibición rotunda, la jefa de Gobierno ha dicho que el ministro de Educación e Infancia, Mattias Tesfaye, y la ministra de Educación Superior, Christina Egelund, entablarán un diálogo con colegios y universidades para encontrar una solución común, y «aclarar que las salas de oración no pertenecen a ese lugar».
«La sociedad danesa no puede dejarse gobernar por el conservadurismo religioso», ha declarado Frederiksen ante la prensa nacional. «Eres bienvenida a tener tu religión, pero cuando estás en el colegio, estás allí para estar en el colegio y participar en tu educación», ha concluido.