El pasado 8 de octubre, Leonarda fue deportada de Francia a Kosovo en medio de una excursión escolar. Ahora se encuentra en Mitrovida con su familia, que también fue expulsada del país y se niega a volver sin ellos. El Presidente francés, Hollande, aseguró que ha dado órdenes para que no se deporte a menores escolarizados. La niña puede volver, pero su familia no.
El Jefe del Estado francés, François Hollande, le permitirá a Leonarda Dibrani volver al país, pero “sólo a ella”, si la joven escolar gitana, de 15 años, que fue detenida y expulsada, presenta “una solicitud para regresar y seguir estudiando”.
La oferta del Presidente fue rechazada desde Mitrovica, en Kosovo, por Leonarda Dibrani. La joven dio una nota en la televisión BFMTV y dijo: “No quiero volver sola a Francia. No tengo a nadie allí y no soy la única que tiene que ir al colegio, están también mis hermanos”. “No me esperaba eso de Hollande, creo que el Presidente no ha visto bien nuestro informe y no ha hecho bien su trabajo. ¿No tiene corazón para acoger a esta familia? ¿No tiene piedad?”, declaró la niña.
Su padre, Resat Dibrani, que el viernes admitió que mintió a las autoridades al presentar “un falso certificado de matrimonio comprado en París por 50 euros”, apuntó que su hija “no estaba sola en Francia”, y recordó que “cuatro de sus cinco hermanos iban también al colegio desde hace cuatro años”. El padre, que tiene a su cargo a seis hijos menores, cinco de ellos nacidos en Italia y uno en Francia, concluyó: “Si volvemos, volveremos todos juntos”.
Hollande dijo que tomó su decisión “por humanidad”, y “teniendo en cuenta la emoción causada por las circunstancias” en que se produjo la detención de Leonarda, y explicó que la investigación interna realizada por el Ministerio del Interior había concluido que “la ley se respetó y la repatriación no infringió ninguna regla de derecho, ya que la familia había agotado todas las vías de recurso”; aunque enseguida admitió que la “ejecución de la detención” de la joven se desarrolló “dentro del horario escolar”, a causa de una “falta de discernimiento” de las fuerzas del orden.
Hollande, además anunció dos medidas concretas: Interior enviará una orden a los prefectos “para que nunca más un alumno sea detenido en el marco escolar, dentro o fuera de los colegios”, y la política de asilo será reformada para “acelerar los trámites y hacerlos más claros”.
En la actualidad, Francia tarda casi 18 meses en responder a las solicitudes de asilo político, mientras países como Reino Unido sólo necesitan 2 meses para resolver los expedientes. En cuanto a la orden a los prefectos, las asociaciones estudiantiles concentradas en la plaza de la Bastilla indicaron que tanto la Convención de los Derechos del Niño como una circular gubernamental de 2005 ya impiden a la policía arrestar a los alumnos durante las actividades escolares.
Los sondeos revelan, sin embargo, que la mayoría de los franceses aprueban la estrategia de mano dura de Manuel Valls. Según una encuesta dada a conocer por I Telé y Le Parisien, menos de la mitad de los franceses (el 46%) se declara “indignado” por la detención de la joven romaní de 15 años durante una actividad escolar. Y una amplia mayoría del 65% se opone a que la joven y su familia vuelvan a Francia.