Royón asegura que resta evaluar el impacto de la medida en los vehículos. Para los trabajadores de la caña de azúcar, se trata de un guiño a las petroleras.
Mientras el Gobierno busca explotar al máximo en términos políticos la próxima habilitación escalonada de gasoducto troncal de Vaca Muerta “Presidente Néstor Kirchner” (GPNK), una nueva situación conflictiva ha comenzado aflorar en el área energética por el lado de los biocombustibles.
Tras haber anticipado en diversas reuniones y ámbitos del sector que ya estaba definido un aumento del 12% al 15% en el porcentaje de mezcla obligatoria del bioetanol en las naftas, la Secretaría de Energía -que comanda la massista salteña, Flavia Royón- decidió ponerle un freno a la medida hasta nuevo aviso.
El cambio de planes de las autoridades energéticas provocó un marcado malestar entre los productores de caña de azúcar y de maíz y los dueños de las plantas elaboradoras de bioetanol, que ya daban por descontado el salto en el nivel de corte obligatorio con las naftas.
Desde ese bloque consideran que Royón y el ministro de Economía, Sergio Massa, decidieron congelar ese cambio regulatorio que había sido prometido para quedar bien con las petroleras y las terminales automotrices que salieron a desplegar una fuerte presión para mantener el status quo y no alterar el actual porcentaje de mezcla del 12%.
Ante los reclamos elevados por los productores de bioetanol, desde el equipo energético argumentaron que la paralización del cambio se debe a la necesidad de “profundizar los estudios sobre su impacto en los vehículos y los mayores plazos de implementación que solicitaron las refinerías para poder concretar las inversiones destinadas a adoptar las plantas y los sistemas productivos internos”.
Deslizaron, además, que tienen que evaluar un nuevo estudio técnico que están realizando las terminales automotrices sobre el comportamiento y la performance que tendrían los motores de los autos que están en circulación una vez que se eleve la integración de bioetanol.
El negocio del bioetanol tiene como principales actores a los ingenios azucareros, los productos de maíz de la región centro y las empresas elaboradoras del biocombustible. Los impulsores del incremento del corte al 15% en las naftas destacan que con esa medida el Gobierno podrá reducir las importaciones de combustibles que son más caros y aumentar el nivel de actividad de las plantas productoras locales.
“Desde el inicio del plan de biocombustibles (2006) en el país, el bioetanol cumplió con todas sus promesas: ahorro de divisas (u$s600 millones por año), contribución a la descarbonización del transporte (reducción de hasta 80% en la huella de carbono en relación con las naftas), aporte a la soberanía energética y desarrollo regional, con plantas ubicadas en las provincias productoras de maíz, como Córdoba, Santa Fe y San Luis, y de caña de azúcar, como Salta, Tucumán y Jujuy”, destacó el director ejecutivo de la Cámara de Bioetanol de Maíz, Patrick Adam.
También resaltó que “con más de u$s750 millones de inversión, el bioetanol de maíz abastece el 60% del volumen destinado a la mezcla del 12% con las naftas, y tiene todo lo necesario para multiplicar sus beneficios ambientales, sociales y económicos”.
Para productores, una suba en el corte de las naftas ahorraría importaciones
“Es inentendible que, en 2022, la Argentina haya importado naftas por u$s1.000 millones, perdiendo divisas que el empobrecido Banco Central habría ahorrado si se hubiese planificado un mayor uso de bioetanol. Con solo haber implementado una mezcla del 15%, la sustitución competitiva de importaciones de naftas habría superado los u$s1,150 millones”, advirtió Adam.
La bronca de los productores no se vio aplacada ni siquiera con otra medida que sacó a la calle Energía y que, teóricamente, tiende a mejorar y transparentar la metodología de ajuste de los precios de bioetanol. Se trata de la resolución 373/2023, por la cual el Gobierno estableció un nuevo procedimiento para actualizar el precio del bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y de maíz que se destina al mercado interno para la mezcla obligatoria con las naftas.
Contempla una fórmula automática de ajuste que toma en cuenta en los costos de la materia prima, la mano de obra, insumos, el mantenimiento de las plantas y el valor del gas natural. Las distintas variables se actualizarán de acuerdo con los índices del INDEC como el de Precios Internos al Por Mayor (IPIM) y Salarios Registrados (ISRSP) y la variación que registre el precio del gas natural del segmento industrial en condición firme.
El nuevo esquema de actualización empezará a aplicarse a partir del 1 de noviembre y hasta ese momento, los precios del bioetanol que deben pagar las petroleras se seguirán ajustando mensualmente en función de los aumentos que registren las naftas súper y premium.
Energía: la decisión de Royón no cayó bien en Diputados
Por otra parte, la decisión de Energía de pisar la suba del corte con bioetanol que estaba en danza también generó reacciones en el Congreso.
El diputado nacional del Frente de Todos, Marcelo Casaretto, presentó un proyecto de ley que deja expuesta a la Secretaría de Energía y plantea doblar la apuesta con una iniciativa que promueve llevar el corte con biocombustibles del gasoil y las naftas al 20%.
La iniciativa ingresado en la última semana apunta a modificar los artículos 8° y 9° de la ley 27.640 para que las distintas variedades de gasoil que se comercialicen en el mercado interno y que actualmente tienen un nivel de corte del 7,5%, pasen a incorporar un porcentaje obligatorio de 20% de biodiesel.
Para los distintos tipos de naftas que ahora tienen un 12% de mezcla, el proyecto de Casaretto también plantea elevar el porcentaje obligatorio de bioetanol al 20%.
Además de elevar la vara de corte con biocombustibles, el legislador del oficialismo propone dejar en manos de las autoridades energéticas la posibilidad de subir hasta un 3% el porcentaje obligatorio “cuando lo considere conveniente en función del abastecimiento de la demanda, la balanza comercial, la promoción de inversiones en economías regionales y razones ambientales”.
También podrán reducir hasta un 3% el corte de biodiesel, “cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del biodiésel pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor por alterar la composición proporcional de aquel sobre este último, o bien ante situaciones de escasez por parte de las empresas elaboradoras”.