Un equipo de investigadores internacionales, financiados por el gobierno británico, está compilando evidencia contra combatientes de Estado Islámico (EI, antes conocido como ISIS).
Los muy experimentados investigadores, quienes trabajan desde su anodina base en una ciudad Europea, habían hasta ahora evitado dar a conocer su tarea.
Pero la BBC accedió al equipo, especializado en crímenes de guerra, que lleva meses preparando 400 archivos listos para ser presentados ante una corte.
Entre otras cosas, reveló que su trabajo es financiado por el gobierno británico, que paga unos US$70.000 al mes, y utiliza fuentes en Siria y países vecinos.
Crímenes de guerra y lesa humanidad
Cubren las acciones de altos mandos y combatientes de EI en Siria e Irak, países donde el grupo yihadista ha conquistado ciudades y territorios.
Entre los documentos internos de EI que ha conseguido el grupo de investigadores hay algunos que permiten reconstruir la “cadena de mando” del grupo yihadista.
El equipo, trabajando en estricto secreto, ha dedicado todo el año a investigar a comandantes, emires y gobernadores provinciales por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
Las atrocidades que alegan que cometieron incluyen secuestros, decapitaciones, crucifixiones, tortura y ejecuciones sumarias.
Uno de esos casos es el del periodista estadounidense Steven Sotloff, decapitado por el grupo.
Estado Islámico ha llevado a cabo varias otras decapitaciones, incluidas la de otro periodista estadounidense, James Foley, y de combatientes kurdos.
Y la organización Human Rights Watch informó recientemente que había descubierto nuevos sitios donde EI había llevado a cabo matanzas masivas, en la ciudad iraquí de Tikrit.
Se cree que los combatientes de EI mataron a más de 500 soldados iraquíes tras tomar una gran base del ejército de ese país en junio.
Altos mandos
“Queremos que los asesinos de James Foley sean llevados ante la justicia”, dijo el investigador en jefe del equipo a la BBC. “No obstante, esos delincuentes en particular y otros como ellos no son el foco de nuestras pesquisas”.
“Estamos detrás de los miembros de más alto nivel de EI, porque estos individuos son tan responsables de los incontables asesinatos como esos hombres que matan con sus propias manos”, agregó.
“De hecho, esos líderes son más responsables, porque no matan a una o dos personas; son responsables de todas las muertes”.
Una cabeza y cuatro consejos
El equipo tiene cajas de evidencia que fueron sacadas de Siria de contrabando. En ellas hay documentos, tarjetas de memoria y declaraciones de testigos.
Tiene incluso la minuta de una reunión provincial de EI en la que el detalle llega hasta el punto de prohibir a sus guardias en la provincia de Alepo dormir después de las 7:30.
Los investigadores han conseguido construir una intrincada descripción de cómo funciona EI, con Abu Bakr al Baghdadi, el autoproclamado califa, en la cumbre de la estructura.
Directamente por debajo de él hay cuatro consejos: de la sharia (ley islámica), de la shura (asesor), militar y de seguridad. Los dos últimos son los más poderosos.
Esta estructura de una cabeza más cuatro entidades que responden a ella se repite a lo largo de la cadena de mando, hasta el nivel más local.
Los investigadores dicen que el número de reclutas extranjeros de EI se ha incrementado desde que se autodeclaró un califato en los últimos meses; se estima que sus fuerzas, que se calculaban en 10.000, estarían ahora cerca de los 30.000 efectivos.
Hay una gran variedad en la capacidad de los combatientes, dice el equipo, con los tunecinos y los chechenos en el lugar más alto por su agresividad y experiencia en el campo de batalla.
Reclutas británicos
Salvo pocas excepciones, los investigadores creen que los yihadistas británicos suelen cruzar a Siria desde Turquía sin experiencia militar y con muy poco conocimiento religioso.
Luego de pasar tres meses en un escondite, donde reciben entrenamiento militar básico y son adoctrinados, se les asignan tareas y roles.
“En general los emires (comandantes) les asignan a los occidentales tareas de baja categoría”, dijo otro de los investigadores, “porque suelen llegar sin evidentes habilidades de combate”.
“Así que se asume que estarán mejor proveyendo servicios de apoyo al grupo, ya que es improbable que tengan las cualidades religiosas o militares que busca EI”, agregó.
A pesar de su aparente papel en el reciente asesinato de dos periodistas estadounidenses, no se cree que ningún yihadista británico haya alcanzado posiciones de mando en EI.
Se cree que cerca de la mitad de los 500-600 que viajaron a Siria ya están de regreso en Reino Unido.
Construcción de una nación
El equipo de investigadores llegó a la conclusión de que Estado Islámico es una organización mucho más estructurada y disciplinada de lo que se creía.
“Nuestro gran avance tuvo lugar tal vez dos o tres meses atrás, cuando estudiamos toda la evidencia que habíamos recolectado”, le dijo el investigador en jefe a la BBC.
“Nos dimos cuenta de que no estábamos frente a una milicia, sino que estábamos siendo testigos de un proceso de construcción de una nación”.
“Eso incluye la provisión de servicios, cuidar de la población; existe el elemento militar, por supuesto, pero Estado Islámico es lo que dice ser, no un fenómeno aislado. Están estableciendo un estado islámico en el desierto”.
Los investigadores esperan que algunos de sus más importantes archivos para sostener casos que puedan llevarse a la justicia estén listos a fin de 2014.
Pero el equipo admite que llevar a cualquiera de los sospechosos a juicio será casi imposible en estos momentos, porque son difíciles de encontrar y están bien protegidos.
Está, además, el problema de la jurisdicción legal, ya que la competencia del equipo abarca solo Siria, no Irak, y dicen que hasta el momento no hay ninguna corte en condiciones de procesarlos.