El iceberg más grande del mundo amenaza el ecosistema de Georgia del Sur tras encallar cerca de la isla

Con 3.360 km² y un peso de 1.000 millones de toneladas, el iceberg genera incertidumbre sobre el impacto en la fauna marina y las actividades pesqueras.

El iceberg más grande y antiguo del planeta, conocido como A23a, ha encallado cerca de la isla Georgia del Sur, ubicada en el océano Austral. Esta isla, administrada por el Reino Unido, es reclamada por la Argentina como parte de su territorio. El gigante de hielo, con un tamaño impresionante de 3.360 kilómetros cuadrados, ha sido un foco de preocupación tanto por sus posibles efectos sobre la fauna local como sobre las actividades pesqueras de la región.

Según un comunicado del British Antártida Survey (BAS), el A23a, que pesa alrededor de 1.000 millones de toneladas, había estado avanzando hacia el norte desde diciembre de 2024, impulsado por potentes corrientes oceánicas. Sin embargo, el 1° de marzo de 2025, el iceberg se detuvo a tan solo 73 kilómetros de la isla, lo que generó cierta calma en los investigadores, que temían una colisión en una importante zona de reproducción de fauna marina, como pingüinos y focas.

“Si el iceberg sigue encallado, esperamos que no afecte de manera significativa a la fauna local”, afirmó Andrew Meijers, oceanógrafo y codirector del proyecto Ocean Ice , encargado de vigilar el A23a por satélite. «En las últimas décadas, los icebergs que seguían esta misma ruta a través del océano Austral se rompieron, se dispersaron y finalmente se derritieron rápidamente», agregó Meijers, resaltando que el iceberg podría seguir una dinámica similar.

A pesar de la aparente calma, el impacto del iceberg en la región es aún incierto. «A medida que el iceberg se rompe en trozos más pequeños, las operaciones de pesca en la región se vuelven más difíciles o potencialmente peligrosas», explicó el experto. Las actividades pesqueras en la zona ya se vieron afectadas por la presencia de icebergs en el pasado, y la ruptura de la A23a podría complicar aún más las operaciones.

Sin embargo, hay una posible ventaja en este fenómeno: “Los nutrientes elevados por el encallamiento y su deshielo podrían aumentar la disponibilidad de alimentos para todo el ecosistema regional, incluidos los pingüinos y las focas”, destacó Meijers. El deshielo podría enriquecer las aguas circundantes, proporcionando una fuente adicional de nutrientes en una región donde la vida marina depende de estos recursos.

Un largo viaje de más de tres décadas
El A23a, que se desprendió de la plataforma continental antártica Filchner en 1986, quedó atrapado en el lecho marino del mar de Weddell durante más de 30 años. En 2020, finalmente se liberó y comenzó su lento pero constante desplazamiento hacia el norte. A lo largo de su recorrido, el iceberg ha sido impulsado por las corrientes oceánicas, pero también ha tenido que enfrentarse a fenómenos naturales que han alterado su trayecto, como la columna de Taylor, que lo mantuvo girando sobre su eje durante varios meses en 2024.

La A23a, que es más grande que el Gran Londres, estuvo a punto de colisionar con la isla Georgia del Sur en varias ocasiones, pero su avance fue frenado por varios factores naturales. A comienzos de 2025, un trozo de 19 kilómetros se desprendió del gigante de hielo, lo que ha generado más incertidumbre sobre su futuro.

“Las aguas más cálidas, combinadas con la acción de las olas y las mareas, harán que esta enorme sección de hielo se rompa en icebergs más pequeños y, eventualmente, se derrita”, predicen los científicos, aunque no pueden precisar con exactitud cuándo ocurrirá.

La presencia de la A23a cerca de la isla Georgia del Sur ha generado un intenso debate sobre las posibles implicaciones de su impacto en los ecosistemas marinos y en las actividades económicas de la región. El futuro de la fauna marina y las industrias pesqueras dependerá de cómo evolucione la A23a en las próximas semanas, mientras continúa su lenta deriva en el océano Austral.