Lo llaman “súper-atractor de cáncer” y es la última revolución en la industria de los implantes.
Sus creadores -científicos de la Universidad de Michigan (UM), EE.UU.- dicen que funciona “como una esponja” y que es capaz de atraer y capturar las células cancerosas que se encuentran en nuestra sangre.
Pero este revolucionario implante-imán no sólo atraerá a las células malignas; también podrá monitorearlas.
De hecho, el dispositivo está preparado para alertar a los médicos sobre posibles recaídas en pacientes de cáncer de mama, e incluso evitar que las células cancerosas se extiendan a otras partes del cuerpo.
Es, sin duda, un invento innovador, pero ¿cuál es el secreto detrás de su funcionamiento?
Posible medida preventiva
Los investigadores dicen que este dispositivo podría implantarse bajo la piel en pacientes con cáncer de mama y, de esta manera, detectar y tratar recaídas más rápidamente.
También podría ser utilizado como una medida preventiva en aquellos pacientes con alto riesgo de padecer este tipo de cáncer.
“El cáncer de mama puede reaparecer durante un largo período en la vida de un paciente y, a menudo, es muy difícil detectar una recurrencia hasta que ya se ha extendido en otro órgano”, dice Jacqueline Jeruss, profesora asociada de cirugía del Centro Integral del Cáncer de la UM.
Jeruss aseguró que la idea para crear el “superatractor” nació tras descubrir que las células cancerosas no se propagan de forma aleatoria, sino que son atraídas a áreas específicas dentro de nuestro cuerpo.
Fue entonces cuando los científicos decidieron diseñar un aparato que pudiera atrapar estas células malignas y rastrearlas.
“El cáncer afecta al sistema inmunológico. Las células inmunes del paciente se reúnen en ciertos órganos para prepararlos para la llegada de las células cancerosas”.
Un “faro” que atrae células malignas
“Nuestras células inmunes actúan como un faro en nuestro cuerpo y atraen a las células malignas hacia esa ubicación”, explicó la UM en un comunicado.
“Los investigadores han creado un faro más brillante que llame la atención de esas células”.
El propósito, según explicó la profesora de bioingeniería de la UM, Lonnie Shea, es “atraer las células cancerosas y dirigirlas lejos de los órganos vitales del paciente”.
El proyecto cuenta con la financiación del Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos y del Premio a la Investigación del Cáncer de la Northwestern H Foundation.
Por el momento, este implante-esponja todavía no ha sido probado en humanos.
Sin embargo, un estudio en ratones resultó muy positivo.
“Sus sistemas inmunes, infectados con cáncer, respondieron como lo harían a cualquier objeto extraño: enviando células para atacar al intruso”, aseguran fuentes de la universidad.
En el experimento también se descubrió que las células capturadas por el implante no se agrupaban después en un tumor secundario, como lo harían normalmente.
“Nos sorprendió ver cómo las células cancerosas dejaban de crecer cuando entraban en contacto con el implante”, dijo la experta.
La estructura esponjosa del dispositivo, compuesto por un material utilizado en suturas quirúrgicas, es particularmente atractiva para las células cancerosas y se disuelve en el cuerpo con el tiempo.
Shea asegura que esta tecnología podría ser también utilizada para otros tipos de cáncer: de páncreas o de próstata.
Los científicos están investigando las técnologías que les permitirán controlar el movimiento del implante.
También están trabajando en intentar comprender mejor por qué las células cancerosas son tan fuertemente atraídas hacia el dispositivo.
Esta información podría conducir a una nueva perspectiva sobre cómo se expande el cáncer y cómo detenerlo.