Jennifer Crumbley aseguró ante un jurado que no era responsable de que su hijo disparara contra sus compañeros en una escuela en Michigan en 2021.
Crumbley, de 45 años, es la primera madre en Estados Unidos en ser juzgada por un tiroteo masivo perpetrado por un menor de edad. Su esposo, James Crumbley, afronta un juicio separado por los mismos cargos.
El hijo de la pareja, Ethan Crumbley, cumple cadena perpetua por asesinar a 4 compañeros de clase en la secundaria de Oxford en Michigan.
Ethan tenía 15 años en el momento del ataque.
Si son declarados culpables, los padres podrían cumplir condenas de hasta 15 años de prisión.
Una pistola como regalo
Durante su defensa, la mujer dijo que su esposo llevó a su hijo a una tienda de armas el día después de Acción de Gracias para comprarle una pistola como regalo.
“Era más lo suyo, así que lo dejé que se ocupara de eso”, dijo en referencia a su esposo. “No me sentí cómoda poniendo el candado (en el arma). Simplemente prefería no hacerlo y dejé que él lo hiciera”.
Días después, su marido le quitó el candado a la pistola para que ella llevara a su hijo a un campo de tiro, en lo que describió como un día divertido.
Los padres guardaban la llave del candado en una jarra de cerveza en la cocina y su marido escondió el arma en su dormitorio.
Crumbley aseguró que no estaba al tanto de que su hijo sabía dónde guardaban la pistola.
Durante el juicio del atacante el año pasado, sus abogados argumentaron que los padres no cuidaban bien de él y que padecía una enfermedad mental. Sin embargo, el joven dijo después que sus padres no conocían sus planes y que él era el único responsable.
Los abogados del adolescente han advertido que invocarán su derecho a guardar silencio si es llamado a declarar en el juicio de sus padres.
La defensa de Jennifer Crumbley sostiene que ella no podía predecir las acciones de su hijo y que la imputación es injusta.
“No tengo ayuda para mis problemas mentales”
En la misma audiencia, los fiscales presentaron mensajes de texto y anotaciones en el diario de Ethan que, según dijeron, evidencian que tenía alucinaciones.
“No tengo ayuda para mis problemas mentales y eso me está haciendo disparar en la (…) escuela”, escribió en su diario.
“Quiero ayuda, pero mis padres no me escuchan, así que no puedo obtener ninguna”, escribió en otro texto presentado por los fiscales.
Uno de los argumentos clave de los fiscales es que los padres no ayudaron a su hijo a obtener el apoyo de salud mental que necesitaba.
“Jennifer Crumbley no apretó el gatillo ese día, pero ella es responsable por esas muertes”, dijo el fiscal Marc Keast ante el jurado la semana pasada.
Poco antes del tiroteo, el personal de la secundaria encontró al niño con dibujos inquietantes.
Sus padres fueron citados en la escuela para revisar los dibujos, pero se marcharon después de concluir la reunión porque necesitaban regresar al trabajo.
Ninguno de los adultos revisó la mochila del niño, donde guardaba el arma, y lo enviaron de regreso a clase.