Pablo de León es un ingeniero espacial que trabajó en la NASA y con la empresa de Elon Musk antes del histórico lanzamiento de la empresa privada con astronautas estadounidenses. Explicó a Infobae su trabajo y lo que significa la nueva era espacial privada.
El sábado 30 de mayo de 2020 quedó como una fecha histórica para la historia espacial del hombre. El lanzamiento del cohete Falcon 9 con la cápsula Crew Dragon de SpaceX ocurrió a las 16.22 hora argentina desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, y significó varios hitos en la carrera espacial.
Fue la primera vez que una empresa privada, asociada con la NASA, lanzó un cohete con astronautas. Además del cohete, SpaceX construyó la nueva cápsula espacial y los trajes de ambos astronautas. También fue histórico para Estados Unidos, ya que fue la primera vez en 9 años que un cohete tripulado fue lanzado al espacio, luego del retiro de los transbordadores espaciales que hicieron ese trabajo durante 30 años.
Y por si todo esto no fuese suficiente, este lanzamiento fue el puntapié de una prometedora era de turismo espacial por parte de empresas privadas.
En esta “nueva era espacial”, hay un ingeniero argentino que desde hace muchos años trabaja en Estados Unidos y está muy vinculado a toda la carrera del hombre en el espacio. Es Pablo de León, que se ganó el apodo de “sastre de la NASA”, y que trabajó para SpaceX, la empresa del multimillonario innovador Elon Musk, en lo que más sabe hacer: trajes espaciales.
“Hoy es una época muy espacial para Estados Unidos y toda la industria espacial privada, porque se abre un antes y después con el lanzamiento de un cohete de SpaceX con astronautas al espacio. Y para mí es muy emocionante, ya que trabajé 4 años para SpaceX en el desarrollo de parte de los trajes espaciales, particularmente los guantes”, explicó el ingeniero argentino Pablo de León, profesor de ingeniería del Departamento de Estudio Espacial en la Universidad de North Dakota en comunicación telefónica con Infobae desde Estados Unidos.
Y agregó: “Con esto, la NASA pone en manos privadas algo muy importante que solo se veía reservado para agencias espaciales gubernamentales: el acceso al espacio. Espero que este hecho acelere los tiempos que llevan los desarrollos, cambios y modificaciones en toda la industria espacial y que muchas veces la NASA no hizo o lo hizo tarde, como por ejemplo tardar en desarrollar un cohete para que sus astronautas no dependan de los rusos para viajar a la Estación Espacial Internacional (EEI)”.
De León se sinceró al ejemplificar: “Después de una agresiva e intensa carrera espacial en los años 60, si yo tuviera una máquina del tiempo y me trasladara a esos años después del alunizaje de Armstrong y Aldrin y le dijera a la NASA que un día Estados Unidos iba a depender de los rusos para acceder al espacio, me hubieran internado en un hospital mental”.
Un traje espacial “cool”
“Mi colaboración en SpaceX abarcó desde 2010 hasta 2014 y fue exclusivamente por mi especialización en la confección de trajes espaciales, más precisamente en el desarrollo de los guantes”, precisó De León.
“Trabajando allí me dieron una consigna primordial: el traje espacial debía lucir “cool”. Es decir, atractivo, canchero, de moda. Enseguida se me cruzaron varios pensamientos, ya que en la industria espacial en lo primero que uno debe pensar es en la utilidad y seguridad del traje del astronauta. No en si se ve cool o no. Pero ellos estaban obsesionados con eso y continuaron trabajando con ese fin cuando yo ya no participé del proyecto”, deslizó el ingeniero argentino.
Y agregó: “Yo particularmente les enseñé cómo tomar el molde de las manos de los astronautas para confeccionar los guantes del nuevo traje espacial. Un elemento clave el manejo de todos los instrumentos digitales de la cápsula. Los trajes, como los guantes, no son estándar. Se hacen a medida, como sucede por ejemplo con los pilotos de la Fórmula 1”
Respecto al momento del despegue, el experto indicó: “Lo que vimos en las imágenes del lanzamiento fueron los astronautas de la NASA Doug Hurley y Bob Behnken que lucían trajes intravehiculares y no para utilizar en el espacio exterior o realizar una caminata espacial. Solo sirven proteger al astronauta si hay un momento de despresurización de la cápsula por el impacto de algo menor o fuga de aire. Pero si hay algo que debemos resaltar de SpaceX es su impronta y entusiasmo. No paran hasta conseguir lo que quieren. Y a la vista estuvo. Los trajes espaciales de los primeros estadounidenses en viajar al espacio en una cápsula espacial privada lucían cool”.
“Siento el orgullo de que muchos exalumnos míos trabajan hoy en SpaceX y son quienes en definitiva permitieron, entre muchos otros, que este logro fuera posible. Con este lanzamiento, quienes estamos dentro de la industria espacial estamos viviendo ‘el sueño del pibe’. Hoy hay una especie de Renacimiento de la actividad espacial privada en Estados Unidos, con SpaceX, Blue Origin, Boeing y Virgin Galactic”, concluyó De León.