Dr. Facundo Pereyra, cirujano y gastroenterólogo, lleva adelante un trabajo sobre la microbiota intestinal explicó que el intestino se lo conocer como nuestro segundo cerebro porque en él se alojan neuronas y neurotransmisores y funciona como un órgano que transmite impulsos nerviosos y, lo más interesante, es que está conectado por el primer cerebro por un nervio que funciona como una autopista bidireccional, que siempre se supo que todo lo que nos pasa en el cerebro influye a nuestros intestinos porque cuando nos ponemos nerviosos nos duele la panza y demás, pero ahora se sabe que cuando estamos mal de la panza eso puede generar información negativa en el cerebro y genera ansiedad, depresión, insomnio y es muy importante porque es una gran cantidad de personas que están yendo al psicólogo, al psiquiatra y tal vez lo que tienen es un problema digestivo y que solucionándolo con otro tipo de alimentación pueden revertir el cuadro depresivo.
Sobre sus descubrimientos indicó que hay algunos síntomas particulares que se llama intestino permeable, que en este caso lo que sucede es que a veces el intestino se pincha y filtran toxinas que inflaman el cerebro y producen algunos síntomas como por ejemplo hormigueos, erupciones en la piel, hinchazón de manos, pies y cara, cansancio, dolor articular entre otros y ahí es donde se le puede decir al paciente que es probable que el insomnio, su ansiedad o depresión estén originadas en el intestino.
Sobre el procedimiento que realizan a los pacientes, el Dr. Pereyra dijo que tienen un método que se llama reseteo intestinal que consiste en poner a descansar el intestino durante 7 días y eso lo logran mediante dos cosas: una dieta especial con cero gluten, cero lacto, cero azúcar, cero carne, cero alcohol durante 7 días solamente y después prácticas de gestión del estrés y ejercicio, con eso el paciente no solo mejora su panza sino mejora sus síntomas fuera del aparato digestivo, como la parte anímica, la artritis, la fatiga, la piel, las articulaciones y después empieza a agregar al día un alimento por día para ver cuál le general el síntoma y cuando lo detecta se lo deja de lado o lo dosifica y vive una vida sin síntomas comiendo un poquito distinto.