“El imperio invisible”, el nuevo libro de los periodistas españoles Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo, que han trabajado durante años como corresponsales en China de “El Economista” y la agencia mexicana de noticias Notimex, respectivamente, explica cómo es posible que los comercios chinos abran con éxito en una España que está en plena crisis.
El libro comienza el día 16 de octubre de 2012, cuando la Policía Nacional irrumpió en la mansión ubicada en Madrid, del empresario Gao Ping. De esta manera, comenzaba la “Operación Emperador”, que destapaba la criminalidad económica china al desarticular una trama que, según el sumario, ha sacado ilícitamente de España entre 800 y 1.200 millones de euros en solo cuatro años.
Por aquel entonces, Cardenal y Araújo estaban preparando la continuación de su primer libro, “La silenciosa conquista china”, donde analizaban la expansión del gigante asiático por las naciones en vías de desarrollo.
Dividido en seis capítulos, el libro “El imperio invisible” disecciona el éxito empresarial de los chinos que han emigrado a otros países a través de más de un centenar de fuentes policiales, de la Fiscalía, tributarias, aduaneras, diplomáticas y empresariales.
Según Juan Pablo Cardenal, uno de los autores “hay muchísimos chinos que hacen negocios legalmente en España y se ganan la vida honestamente pero en determinados sectores, como la importación y distribución de mercancías, las ilegalidades lo son todo porque ese fraude fiscal les permite poner en el mercado productos a precios imbatibles. Ningún importador podría ser competitivo si no siguiera esas prácticas”. Aunque reconoce que no hay estadísticas, señala que “la incidencia de la emigración ilegal y la explotación laboral es obvia en la restauración y la confección textil”, donde pone como ejemplos los polígonos industriales de Prato, en Italia, y Mataró, en Barcelona. Con una economía sumergida del 21 y 18%, respectivamente, Italia y España han vehiculado la emigración china en Europa. “En los restaurantes o el sector minorista, nuestras fuentes policiales, tributarias y de la Fiscalía no tienen duda de que ahí las ilegalidades son clave para ser más competitivos debido al ahorro laboral que brinda la emigración ilegal”, apunta el periodista. En otras muchas ocasiones, “el dinero de origen fraudulento amasado por los prohombres de la comunidad sirve para financiar los nuevos negocios de otros compatriotas”.
La repercusión de la “Operación Emperador” se debió “no solo a la magnitud del fraude, sino a que en la trama de capitales había involucrados apellidos ilustres de la alta sociedad madrileña”, detalla Araújo. Evadiendo millones y millones de billetes de 500 euros ocultos en pañales de bebé y en cajas de bombones Ferrero Rocher.
“Primero porque los empresarios chinos zigzaguean entre la legalidad y la ilegalidad. Segundo, no hay sangre en las calles y, por tanto, no hay alarma social ni movilización a nivel político. A nivel policial, es muy difícil perseguirles por la imposibilidad de infiltrarse en la comunidad y porque las escuchas y la traducción de las conversaciones en distintos idiomas y dialectos es una labor titánica. Por último, los juzgados de instrucción no están preparados para abordar macrocausas con cientos de imputados y ramificación de delitos dentro y fuera de España”, desglosa Araújo.
Tal y como reconoce un empresario chino en el libro, “es casi imposible ganar dinero si no haces todo lo posible por no pagar impuestos. Un restaurante no funcionaría con trabajadores legales y una tienda no saldría adelante si pagara impuestos”.